La Piedra Franca© - 5
Una Historia Masónica
José Schlosser
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LA ARQUITECTURA GÓTICA
En el siglo XII se produce en la Europa cristiana una trascendental revolución arquitectónica, al comienzo conviviendo con el anterior estilo románico, imponiéndose luego y adquiriendo su mayor brillo entre los siglos XIII al XVI. Es el llamado Estilo Gótico. Cuando los renacentistas, especialmente los italianos, echaron una mirada retrospectiva al fenómeno de las catedrales construidas en esa época, lo consideraron salvaje,1 y al atribuirlo a los godos, en el sentido de bárbaros, especialmente norteños y germánicos, le aplicaron despectivamente el rótulo de gótico. Cuán errados estaban y cuán deslumbrados por su neoclasicismo, al punto de no saber apreciar la grandeza del milagro arquitectónico medieval, mérito que recibiría muchos años después. Pero en su época supo ganar el corazón de la monarquía, la iglesia, el pueblo y los constructores, que vieron en él una forma más efectiva de adorar a Dios a través de la arquitectura. De allí es que el nuevo estilo se aplicó principalmente en la construcción de catedrales, la sede del Obispo. Él mismo, auxiliado por prelados y apoyado financieramente por los templarios junto con los comerciantes más importantes de la ciudad era quien supervisa las obras. "El arte de las catedrales significó ante todo el renacimiento de las ciudades, centro de la vida económica, de la riqueza y de la actividad espiritual y artística".2
1 El manierismo es una forma de arte barroco-renacentista, poco natural y afectada. Uno de sus representantes, Giorgio Vasari (s. XVI) fue quien inventó este mote.
2 "La época de las catedrales" de Georges Duby.
Resulta difícil hasta hoy en día encontrar una explicación documentada de cómo pudieron los arquitectos medievales dar un salto tan tremendo en sus concepciones técnicas, que les permitiera pasar en forma tan abrupta del pesado estilo románico al gótico. Vale la pena recordar las teorías que hemos planteado en el capítulo anterior. Este estilo no se manifestó solamente en la construcción y otras formas del arte medieval como la pintura mural o sobre tabla, los manuscritos miniados, la música, la escultura y la vidriería, sino en los usos y costumbres, vestimenta, utensilios, muebles, adornos y aún en el comportamiento. Constituyó sin duda uno de los movimientos artísticos más importantes en Europa. La arquitectura gótica se internacionalizó rápidamente, pero su centro motor estuvo en la zona comprendida entre Saint Denis y Chartres hasta la región de Champaña por el este y Burgos en el sur.
El desarrollo de la arquitectura gótica puede dividirse en dos períodos: el primero desde 1134 hasta el 1200, donde se experimentaron todas las innovaciones y predominó una ansiosa competencia por la amplitud y la altura de las catedrales. El segundo período llamado flamígero en el continente y decorativo en Inglaterra, puso su atención en la creación de efectos visuales e intrincados adornos como pináculos3 y molduras, en el perfeccionamiento y elevación de los vitrales4 haciéndolos más altos y traslúcidos para aumentar la iluminación y en el afinanamiento de los elementos.
3 Pináculo o Aguja: elemento arquitectónico de forma piramidal, cónica o espiralada que suele colocarse como remate de un arco, columna o contrafuerte.
4 Los grandes vitrales circulares de rosetón sobre la entrada de la catedral son propios de este período.
Detallaremos a continuación las características constructivas generales de la arquitectura gótica para una mejor comprensión del lector con lo que podrá superar la dificultad de las definiciones generales.
PLANTA
Continúa desarrollándose la planta basilical que mencionamos en capítulos anteriores. En la ilustración pueden verse claramente sus elementos: 1.- Crucero (intersección de la nave central con las perpendiculares a ésta), 2.- Cabecera o Testero, donde se ubica el presbiterio (área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, 3.- Girola, estructura semicircular en la cabecera de la planta, con un deambulatorio alrededor y al que se abren las 4.- Capillas radiales.
BÓVEDA DE CRUCERÍA
Como ya vimos en "La Piedra Franca" (Cap. 23), la Bóveda de Cañón fue característica del estilo románico. Se originaba partiendo de un Arco de Medio Punto, que al desplazarse horizontalmente adquiría la forma de un medio cilindro. Como la presión sobre los soportes era muy grande, debieron agregarse a lo largo de la bóveda arcos que la soportaran: Arcos Fajones (de faja) marcados con el número 2.
La Bóveda de Arista también anterior al Gótico se formaba en el lugar donde se cruzaban dos bóvedas de cañón y se llamaba "de Arista" porque en el interior se marcaban dos líneas, las aristas, que se cruzaban en el centro.
Las aristas no eran sin embargo suficientemente resistentes, por lo que se corría el riesgo de derrumbes. Para reforzarlas se les agregaron dos arcos interiores. Al resultado se lo denominó Bóveda de Aristas con Crucería.
Mientras en el estilo románico predominaba el arco de medio punto, la gran innovación del estilo gótico fue el arco apuntado u ojival, con una punta más o menos aguda, es decir con mayor o menor abertura o altura, que permitió desviar mejor las fuerzas oblicuas.
Con la innovación del arco apuntado se pudo dar un paso más adelante y convertir la anterior bóveda de aristas con crucería en una verdadera Bóveda de Crucería.
La diferencia entre la bóveda de aristas con crucería y la bóveda de crucería propiamente dicha es que en la primera los arcos eran de medio punto y en la última se convierten en ojivales. La gran ventaja de este nuevo sistema consistió en que los entrepaños que formaban la cobertura de la bóveda (plementería) se pudo hacer mucho más liviana al tener mayor apoyo.
Pero más importante que esto es que cada bóveda de crucería se integraba a una serie de ellas, que contrarrestaban sus pesos respectivos. Por lo tanto, para sustentarlas ya no se necesitarían muros macizos como en el estilo románico, sino que bastarían pilares5 que podían ganar mucha más altura.
5 Pilar: elemento de soporte arquitectónico de planta poligonal, generalmente de mayor robustez que la columna.
CONTRAFUERTES
La ambición de los arquitectos góticos no conocía límites. Mientras en el estilo románico el muro era una estructura pesada que se abría sólo lo imprescindible para una entrada de aire o una puerta, en el gótico quisieron eliminar totalmente los muros como elementos sustentantes. Además soñaban con elevar la estructura a alturas inimaginables. Para ello, debieron buscar un sostén seguro para los elementos sustentados, arcos y bóvedas que tapaban el edificio.
Así, perfeccionaron el uso de contrafuertes en el exterior del edificio, elementos que ya eran conocidos por los constructores románicos pero sin aprovechar todas sus posibilidades. El contrafuerte es un refuerzo vertical, saliente del cuerpo del edificio en sí mismo, que por ello no ocupa espacio interior. La catedral pudo así ampliarse, al sustituirse la función de las paredes por pilares interiores, que no impedían una visión total del ámbito interno.
El problema que restaba era cómo trasladar a los contrafuertes las presiones a que se veían sometidos los pilares interiores por los sistemas de bóvedas que se apoyaban en ellos. Aquí encontramos la verdadera maravilla del estilo gótico: los arbotantes.
Marcados con el número 7 vemos dos arcos de un cuarto de circunferencia (arbotantes, también llamados arco botantes o arquitrabados) que trasladan las fuerzas de las cargas que soportan los pilares (1) a los contrafuertes (o estribos) (8). El que aquí se muestra está coronado por un pináculo simplemente decorativo. En la misma ilustración podemos ver integrados los arcos formeros (2) y los arcos de crucería (4). Incluimos dos esquemas y también una foto del exterior de la Catedral de Chartres, que nos permite una mejor visualización de estos elementos.
LOS VITRALES
Alcanzadas las condiciones por las cuales los muros perimetrales que se usaron en la arquitectura románica se hicieron prácticamente innecesarios a los efectos sustentantes, pudo cumplirse con el más impresionante aspecto que caracterizaría a la arquitectura gótica: los vitrales. El espacio entre los contrafuertes quedaba prácticamente vacío y brindaba la oportunidad de ser llenado con un bastidor de intrincadas tracerías en las que se colocaban vidrios coloreados formando verdaderos cuadros, primero con relatos inspirados en el Antiguo y Nuevo Testamento y en la vida cotidiana, y luego con decoraciones intrincadas (estilo gótico flamígero o florido).
Es así como la luz entró en las nuevas catedrales góticas dando a las amplias naves un maravilloso juego de colores amortiguados y cambiantes. Esta eclosión que comenzó en Francia se extendió luego a Alemania, Inglaterra, Italia y España. En todos estos centros, los vidrieros adquirieron especial importancia dentro del equipo de constructores, transformando su pericia en un verdadero arte.
La vidriería nace en la antigüedad: hace miles de años que los egipcios fabricaban recipientes y cuentas para collares de vidrio. Los romanos debieron haber perfeccionado alguna técnica ya que en las ruinas sepultadas por la erupción del Vesubio (79 D.C.) de las ciudades de Herculano y Pompeya se encontraron restos de vitrales. También fueron utilizados en los palacios omeyas,6 lo que habilita la conjetura de que los templarios transmitieron la información a Bernardo y a través de éste la misma llegó a Suger.7 Si bien el primero era partidario de la sobriedad y de adornos abstractos, el abad Suger tenía tal influencia y poder que en los vitrales de colores de la iglesia de Saint Denis que reformó, pudo rechazar esas limitaciones e implantar un estilo figurativo que serviría de ejemplo en las futuras catedrales.
6 Omeyas: dinastía árabe que tuvo su centro en Damasco desde el 661 al 750. Cuando los Omeyas fueron destronados por los Abasidas, uno de ellos fundó en España el Emirato de Córdoba (756).
7 Algunos intentos de adornar ventanas con vitrales se hicieron en la época carolingia.
Los vitrales góticos nacieron pues en el siglo XII, desarrollaron todo su esplendor en el XIII.
El vidrio para los vitrales se fabricaba calentando a altas temperaturas carbonato sódico8 junto con arena. Pero las dificultades para conseguir el primer componente hicieron que en los países situados al norte de los Alpes comenzaran a usarse como sustitutos las cenizas de la madera de haya con la que se alimentaban los hornos y que tenían un alto contenido potásico cálcico.9 Los vidrieros ubicaban sus talleres en zonas boscosas, donde era fácil conseguir la madera y por lo tanto las cenizas que resultaban de su combustión. Por ello, a este vidrio se le llamó waldglass (vidrio del bosque). Los vidrieros italianos, sin embargo, se mantuvieron leales al vidrio sódico.
8 El carbonato sódico se hacía en base a plantas marinas, lo que le daba al vidrio una coloración verdosa.
9 Así lo menciona el monje Teófilo en su tratado "Diversarium Artium Schedula".
El coloreado de los vidrios se lograba agregando óxidos metálicos al vidrio fundido (rojo, azul, amarillo y blanco). Los colores intermedios eran resultado de la yuxtaposición de placas de distintos colores y la intensidad cromática se obtenía jugando con el grosor del vidrio. Luego el vidriero utilizaba los llamados "colores de mufla": para sombras y contornos, la grisalla (tinte marrón, negro o verdo compuesto por vidrio molido disuelto primitivamente en vino y más adelante en resina líquida), el amarillo de plata, el rojo "Jean Cousin" y el esmalte. Un nuevo horneado fijaba estos colores al vidrio.
Los trozos de vidrio ya coloreados y pintados se armaban sobre una superficie plana y se fijaban en un armazón de listeles de plomo de sección en "H". Cada conjunto se insertaba en un bastidor de piedra o hierro que debía tener la dimensión exacta de la ventana a cerrar.
Para formar la hoja de vidrio se conocían dos sistemas: el de la corona10 y el del manguito.11 Lograda una plancha plana, se recortaba con un punzón para darle la forma deseada.
10 Los artesanos tomaban una pequeña cantidad del vidrio fundido con el tubo de soplar y al girarlo la fuerza centrífuga formaba un disco plano que después de enfriado se cortaba.
11 También aquí se tomaba un poco de vidrio fundido, se soplaba para conseguir un globo, se cortaba en dos lados para conseguir un cilindro (manguito), que se abría y aplanaba para lograr la hoja.
Junto a la innovación de los vitrales, también el frente y las torres sufrieron un cambio radical cuando se esculpieron en ellos esculturas donde los más pequeños detalles eran celosamente cuidados.
En definitiva, un estilo magnífico que aún hoy nos emociona por la poesía reflejada en una arquitectura dedicada a Dios, cualquiera sea la fe de quien la admire.
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INGLATERRA
Hasta la Reforma Protestante
No se sorprenda el lector por encontrarse aquí con un repaso sobre la historia de Inglaterra. Allí nació nuestra Masonería Especulativa y de allí se extendió hacia todos los países del mundo. Para entender su génesis, debemos conocer los antecedentes sociales, políticos y económicos, y cómo influyeron en este acontecimiento.
La presencia del hombre en las islas se remonta al Paleolítico Superior. Inscripciones indescifrables, colinas funerarias y extraños monumentos megalíticos como los de Avebury y Stonehenge documentan el desarrollo de pueblos autóctonos y el asentamiento de emigrantes europeos.
LOS CELTAS
Un pueblo proveniente del valle del Danubio llegó en el siglo V (A.C.): los celtas. Cazadores, pescadores, pastores, guerreros, metalúrgicos e itinerantes,1 tenían como líderes a sacerdotes llamados Druidas, que extendieron su influencia aún fuera de la isla. Creían en la reencarnación del alma y adoraban a la naturaleza, especialmente a los árboles en los que veían el símbolo de la fecundidad y del cosmos cíclico.
1 Se trasladaban buscando los mejores pastos y cotos de caza y pesca.
Se describe a los celtas como hombres altos, blancos y rubios, divididos en dos grupos: los goeles asentados en Irlanda y las montañas escocesas, y los bretones de la misma raíz que los bretones y galos franceses. Dentro de ellos, estaban unidos en clanes que mantenían su independencia y tradiciones.
Julio César intentó conquistar el territorio celta ya en el año 55 A.C., pero los romanos tuvieron relativo éxito en sus propósitos recién en el 43 D.C. Los galeses y escoceses impidieron la conquista de sus territorios obligando a los romanos a edificar una muralla de 117 kilómetros. Los bretones ofrecieron también una fuerte resistencia a los ocupantes. La romanización de los celtas no alteró lo esencial de su cultura, pero aportó a los isleños todos los beneficios de la civilización romana.
Los romanos retiraron sus fuerzas de las islas Británicas para trasladarlas al frente oriental, en un intento de rechazar las invasiones de los pueblos bárbaros. Se produjo un vacío de poder que los escoceses (caledónicos2) trataron de llenar. Para rechazarlos, los ingleses pidieron ayuda nada menos que a los "piratas" sajones que ya dominaban el Mar del Norte. Ellos constituyeron la punta de lanza de los invasores germánicos que se apoderarían de Inglaterra y fundarían siete reinos.
2 Caledonia: antiguo nombre de Escocia.
En el siglo VI (D.C.) San Agustín y otros misioneros convirtieron a los anglos y sajones al cristianismo, que pronto se confederaron también políticamente formando la llamada Heptarquía que se mantuvo durante doscientos años y supo hacer frente a la constante amenaza de los reinos independientes de Irlanda, Escocia y Gales.
La Heptarquía fue sustituida en el año 827 por el absolutismo del rey de Essex Egberto el Grande que dominó los siete reinos.
Algunas décadas después comenzaron a atacar los daneses, que terminaron conquistando toda Inglaterra. El hijo del rey Senón (1013), Canuto el Grande (1030) sería simultáneamente rey de Gan Bretaña, Noruega y Dinamarca.
Al morir Canuto, los sajones se rebelaron y retomaron el poder, en 1042. Eduardo el Confesor reinó durante veinticuatro años.
Su sucesor, Haroldo, fue rechazado por el duque normando Guillermo que decía haber recibido la promesa de Eduardo de nombrarlo heredero. Guillermo atacó y conquistó el poder (1066).
Guillermo el Conquistador impuso una nueva nobleza normanda feudal y minifundista, y se reservó el dominio de las ciudades, palacios y selvas. El rey era omnipotente ante los pequeños feudos en que había repartido el país, que domina a través de sus delegados, los sheriffs. Se introdujo la lengua francesa. Gales, Escocia e Irlanda mantuvieron nuevamente su autonomía. Guillermo murió en 1087 batallando para reconquistar Normandía, que mientras le había sido arrebatada por el rey Felipe de Francia.
Sus sucesores de la dinastía normanda fueron perdiendo poder y cuando en 1154 sube al trono Enrique II, -de la casa francesa de Plantagenet, señores de Anjou, llamados también Angevin,- debe luchar denodadamente contra el poder creciente de la Iglesia.3 Al unirse los ingleses y los Plantagenet, la cabeza coronada dominó Inglaterra, todo el oeste de Galia desde los Pirineos al Canal de la Mancha y de una buena parte del centro de Francia.
3 Asesinato del obispo Thomas Beckett.
Enrique II logró que los reyes de Gales y Escocia reconocieran su superioridad, aunque sólo nominalmente. Sus planes de conquistar Irlanda tuvieron un éxito sólo relativo.
Lo sucedieron Ricardo Corazón de León4 y Juan Sin Tierra. Este último, tuvo un desafortunado reinado, tanto dentro como fuera de fronteras. El rey de Francia le quitó sus posesiones en el continente. Fue excomulgado por el Papa. Para congraciarse con él, se declaró su vasallo, causando gran disgusto entre sus súbditos. Tuvo que enfrentar una rebelión de obispos y nobles, burgos y comunas que en 1215 culminó con la firma de la Carta Magna, una nueva Constitución en la que se establecían las bases de las libertades públicas y las condiciones para un Parlamento que se reuniría en 1265 incluyendo a nobles, prelados y burgueses, y que en el 1341 se dividiría en las Cámaras de los Lores y de los Comunes.
4 Ricardo ganó su apodo de "Corazón de León" por la valentía que demostró en la Tercera Cruzada que organizó y que además de fracasar fundió las arcas reales.
LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS
El lector sabrá excusar nuestra licencia, al eludir una cadena de hechos históricos que no inciden sobre la línea principal de nuestro estudio. Nos detendremos pues en el reinado inglés de Eduardo III, impuesto en 1330 por un golpe de estado que alejó a su madre Isabel5 del trono. Pero Isabel era hija de Felipe el Hermoso, rey de Francia, y por lo tanto Eduardo III era único nieto varón del soberano, por lo que se consideró el legítimo sucesor del poder real francés. Los franceses no lo aceptaron, alegando que por la Ley Sálica la sucesión no se transmitía por línea femenina, coronando al francés Felipe VI de Valois.
5 Había asesinado a su marido Eduardo II.
El inglés tomó su tiempo para preparar y modernizar adecuadamente sus ejércitos y en 1337 reclamó formalmente la corona. Así comenzó la Guerra de los Cien Años6 en los que se alternaron sucesivas victorias, derrotas y treguas. Durante su desarrollo el último rey Plantagenet, Ricardo II, fue depuesto por Enrique de la casa Lancaster (1399). En 1420 se firmó el Tratado de Troyes que pareció terminar la guerra con el total triunfo de Inglaterra y la formación de un solo estado formado por ambos países.
6 La guerra duró exactamente 116 años, desde 1337 hasta 1453.
Aquí surge la mítica Juana de Arco a quien, perdido por perdido, se le cede el mando para organizar la resistencia nacional. Juana reconocida como enviada de Dios por los desesperados franceses consigue sucesivas victorias. Aunque es tomada prisionera por los ingleses y quemada viva, su sacrificio une a los franceses que con renovados bríos reconquistan todo su territorio.7 Termina así la Guerra de los Cien Años.
7 Salvo Calais.
LA GUERRA DE LAS DOS ROSAS
La derrota frente a Francia hizo que la dinastía Lancaster tuviera que pagar el precio. El duque de York se rebeló en 1455 y en 1461 logró que su hijo de pocos meses fuera proclamado rey como Enrique VI y mantuviera la corona por veintidós años. Durante todo este período los partidarios de una y otra dinastía permanecieron enfrentados, distinguiéndose por la rosa blanca con que se identificaban los York y la roja que exhibían los Lancaster.
Cuando murió Enrique (1483), su tío asesina a sus dos hijos varones y se coronó como Ricardo III, imponiendo un régimen de terror. Enrique Túdor se casa con Isabel York, hermana de los varones asesinados, vence en batalla y mata a Ricardo en 1485,8 comenzando el reinado de la dinastía Tudor que se prolongaría hasta 1603. Al unirse las dos rosas, finaliza de guerra que lleva sus nombres y marca el final de la Edad Media en Inglaterra.9 Enrique VII de Tudor (1509-1547) inaugura un período de reconstrucción en el que la corona, limitando las prerrogativas de la nobleza, fortalece a una burguesía que apoyará a la monarquía y la apoyará en su lucha contra una ambiciosa Iglesia Católica.
8 La Guerra de las Dos Rosas dura treinta años.
9 Recordemos que Constantinopla cae en manos de los Turcos en 1453.
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LA REFORMA PROTESTANTE
Comienza el siglo XVI. Año 1500. Nos encontramos con una Europa Occidental totalmente católica. Recordemos que quinientos años antes la llamada Iglesia Ortodoxa ya se había independizado de la autoridad del Papa.
Así pues, hablamos de una Iglesia Católica que ostenta aparentemente una tremenda autoridad espiritual, extendida y fuerte, sobre España, Portugal, Francia, Luxemburgo, Flandes, las Islas Británicas, Escandinavia, el Reino de Nápoles, los Estados de la Iglesia en el centro de Italia, Florencia, Venecia, el Milanesado, Saboya, Suiza, Baviera, Bohemia, Sajonia, Brandeburgo, Polonia, Austria, Hungría, etc.
Pero dijimos aparentemente: porque ya los dos siglos anteriores habían mostrado, en distintas formas, un arcaico protestantismo, aunque sin consecuencias extremas. No es extraño. La Iglesia sufría lo que nos atrevemos a llamar los vicios de la mediana edad: la relajación de costumbres, la venalidad y la simonía (el comercio con los cargos), el nepotismo (la herencia de los cargos), el rompimiento de los votos de celibato, la coincidencia de cargos temporales y eclesiásticos, y sobre todo la existencia de dos Papas (Roma y Avignon) a principios del siglo XV (lo que se llamó el Cisma de Occidente, y que duró cuarenta años [1378-1417]). Todos estos problemas internos posibilitaron un sentimiento revolucionario que haría erupción con la Reforma.
Por otra parte, en los países germánicos había quedado latente el rencor provocado por los prolongados conflictos entre el Santo Imperio Romano Germánico y el Papado (desde el siglo X hasta mediados del XIII). El nuevo siglo se abría ante una economía germana y holandesa sumida en una profunda crisis, y la posibilidad de apoderarse de los bienes eclesiásticos era un cebo muy tentador.
Y como la pequeña gota que colma un vaso, el celo entre dos de las órdenes religiosas que activaban en Alemania, -la de los Domínicos y la de los Agustinos,- fue el responsable de la explosión: por iniciativa del Papa, los Domínicos comenzaron a otorgar indulgencias a quienes aportaran limosnas destinadas a la terminación de la Catedral de San Pedro en Roma. Los Agustinos, celosos de los Domínicos por su rol protagónico y, por supuesto, por su administración de las donaciones, pidieron a uno de sus más brillantes monjes, el catedrático Martín Lutero, que criticara en nombre de la Orden Agustina el proceder papal.
Pero Lutero se pasó: elaboró una lista de noventa y cinco disidencias que presentó en forma demoledora gracias a su brillante retórica. Sus disidencias conmovieron los propios cimientos del catolicismo alemán (1517). Bajo amenaza de excomunión, fue desterrado del Imperio. Sin embargo Federico de Sajonia le dio su protección. Se unieron a su apoyo otros príncipes que presentaron al Emperador una "Protesta" por sus decretos. De allí viene el nombre de "Protestantismo" que se dio a los Luteranos, cuyo dominio espiritual se estableció en parte de Alemania, Suecia, Suiza y Dinamarca. Por extensión se llamó luego protestantes también a los Calvinistas (1535). Es importante destacar a los efectos de nuestros estudios posteriores que en la doctrina protestante y en especial en la luterana, se sostiene el principio de "cuyus regio, ejus regio" (de tal país, de tal religión) por el cual la religión del soberano es la religión que se profesa. Esta fue una de las conquistas de los luteranos en Alemania, cuando en 1555 lograron que se incluyera esta imposición religiosa en el Convenio de Paz de Ausburgo, el llamado "Jus Reformandi". En cambio, en "Las Leyes Fundamentales de las Constituciones de Anderson", se dice: "Aun cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados a practicar la religión que se observaba en los países donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno no imponerles otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales."
La doctrina de Juan Calvino floreció en Ginebra, Francia, Holanda e Inglaterra y contrariamente a la doctrina luterana, Calvino propicia un gobierno teocrático, donde el poder religioso esté por encima del poder civil. John Knox impuso el presbiterianismo en Escocia.
EL PROTESTANTISMO EN INGLATERRA: CISMA Y ANGLICANISMO
Inglaterra es precisamente el objetivo al que queríamos llegar con la muy rápida descripción de este proceso político-religioso. Allí se produce otro accidente histórico que fija la suerte de la religión del pueblo inglés: el segundo rey de la Familia Tudor fue Enrique VIII que reinó desde 1509 hasta 1547. Tuvo una accidentada vida amorosa: se casó, -sucesivamente por supuesto,- con seis mujeres:
Catalina de Aragón, de la que se divorció,
Ana Bolena (a la que mandó al cadalso en 1536) y que fue la madre de la futura Isabel I,
Juana Seymour,
Ana de Cleves,
Catalina Howard, a la que también ordenó decapitar, y
Catalina Parr.
Justamente la oposición del Papa al divorcio de Catalina de Aragón provocó la ruptura con Roma, y la promulgación por la Corona del Acta de Supremacía, declarando al Rey como jefe de la Iglesia de Inglaterra. Se produjo así el cisma de la Iglesia Anglicana. El canciller Tomás Moro que se le opuso, también fue decapitado.1
1 Deseamos poner énfasis en su personalidad: cosa que haremos en el Capítulo que dedicaremos al humanismo renacentista.
LA PROHIBICIÓN DE LAS FRATERNIDADES
Entre los actos de Enrique VIII, cabe destacar que al final de su reinado, en 1547, suprimió todas las fraternidades y guildas religiosas en Inglaterra, y confiscó sus bienes. Muerto el Rey, y teniendo su heredero Eduardo VI sólo diez años de edad, el Regente Eduardo Seymour continuó y amplió durante cinco años la política de Enrique VIII.
María I "la Católica" que casualmente reinó también cinco años, trató de devolver a Inglaterra al Catolicismo. Pero su sucesora, Isabel I, durante los cuarenta y cinco años de su reinado (1558-1603), implantó definitivamente el Anglicanismo. Persiguió tanto a católicos como a protestantes no anglicanos.
LA IGLESIA ANGLICANA
Las pasiones reales de Enrique VIII hicieron que las reformas iniciales fueran de un notable extremismo: se impuso una nueva profesión de fe y se establecieron los textos litúrgicos en inglés en lugar del latín anterior.
Si bien Isabel estableció un espíritu acorde con un calvinismo moderado, en la liturgia se continuó con una base católica, manteniéndose el esquema jerárquico.
En el siglo XVII se destacarían dos tendencias: una denominada "The high church" tendiendo al catolicismo y otra, "The low church", que sostenía la necesidad de reformas calvinistas.
Recién en el siglo XVIII se impondría la llamada "Broad church" de principios universales para unir a las tendencias protestantes.
LOS CALVINISTAS EN BRITANIA
Llegamos aquí al punto que justifica nuestra descripción histórica anterior: a pesar de la intolerancia de Isabel, se multiplicaron en Inglaterra corrientes protestantistas calvinistas no anglicanas.
Una de ellas fue la de los Presbiterianos, cuyo desarrollo primario en las islas británicas fue escocés y predicado allí originalmente por Juan Knox. Su doctrina rechazaba tanto al catolicismo como al luteranismo, ciñéndose solamente a las Escrituras y estableciendo que el gobierno de la iglesia estaba a cargo de asambleas representativas (presbiterios) en vez de la autoridad de los obispos como en el catolicismo.
(Una reflexión: recordemos que James Anderson fue pastor de la Iglesia Presbiteriana ubicada en la calle Swallow, en Piccadilly. ¿Es posible que la influencia escocesa en su religión presbiteriana fuera la razón de que utilizara algunos términos escoceses en las Constituciones, como lo señala Bernard E. Jones en "Freemasons Guide and Compendium"?).
Otra corriente fue la de los Puritanos, observadores aún más rigurosos de la letra del Evangelio. Surgieron durante el reinado de Isabel I. Oponiéndose a la enseñanza dogmática de los obispos se fueron separando de la iglesia oficial, se reunían secretamente y estudiaban las Escrituras por sí mismos. Se autodenominaban "the purifiers of the church", de donde proviene su nombre.
Finalmente cabe mencionar a los Peregrinos. Se originaron en el Este inglés (Norfolk, Suffolk, Cambridgeshire y Essex. Sus Pastores, Richard Clyfton y John Robinson, fueron alumnos de Cambridge. En 1620, perseguidos, emigraron a América del Norte en el barco Mayflower y se instalaron en Jamestown. Se extendieron por Virginia, constituyéndose en un importante pilar de la cultura americana en desarrollo (por ej: el Thanksgiving tuvo su origen en las cenas vendimiales inglesas).
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LOS UTOPISTAS
La palabra Utopía está compuesta de dos expresiones griegas: ou, no, y topos, lugar. Un lugar lejano, indefinible e inexistente. Un país de perfección ideal en sus leyes, gobierno y condiciones sociales. Ideal porque el sitio es teórico, supone un cambio total, implica la crítica de lo hasta hoy existente, constituye un proyecto difícilmente realizable, parte de un deseo del proyectista que aspira a un mundo mejor para el hombre, refleja una aspiración que se logra mediante una nueva forma de organización. De allí surgió la expresión utopista, adjetivo para aquél que idea utopías o proyectos fuera de lo común, preocupado por la situación social y cultural del momento. El término fue utilizado originariamente por Tomás Moro en su obra titulada precisamente "Utopía". Usamos aquí el término a pesar de que se ha hecho abuso de él para todo tipo de justificaciones políticas que han contaminado su original sentido idealista.
Hemos dicho en alguna oportunidad que la Masonería no "proviene de", sino que "va a". Hechos históricos, creaciones filosóficas, instituciones especulativas o religiosas y, en lo que respecta a este capítulo, la ideología de iluminados utopistas, fueron las fuentes de las que bebieron los primeros masones especulativos.
Incluiremos a continuación pues, notas biográficas y comentarios sobre algunos de estos precursores,1 con la seguridad de que muchos otros de no menor importancia han quedado olvidados, obligados como estamos a respetar los límites de lo que es sólo un capítulo más dentro de una cadena informativa y una guía para los estudios de aquellos que quieran trabajar en sus eslabones para convertir el basto metal que hemos fraguado, en el oro que surge del estudio, la única piedra filosofal que en definitiva ha encontrado el hombre. El premio a los esfuerzos del investigador será el poder aportar a un mundo pleno de imperfecciones, ideas que contribuyan a mejorarlo. Otros juzgarán si al otorgarle importancia a la caída de otra manzana nuestro destino cambiará, como ocurrió con el Sabio.
1 La inclusión de figuras como Aristóteles y Pitágoras, o de una institución como la Academia Platónica de Florencia tienen como objetivo dar puntos de referencia al lector, en esta cadena intelectual que tratamos de armar.
EL RENACIMIENTO
Recordemos que históricamente la Edad Media comienza con la división del Imperio Romano, a fines del siglo IV, en el 395 y se prolonga hasta la toma de Constantinopla por los turcos en el 1453.
La denominación de Renacimiento dada a la época subsiguiente no intenta desmerecer las grandes realizaciones de la Edad Media, ni olvidar el grandioso trabajo de construcción de sus monumentos góticos, la filosofía de Santo Tomás de Aquino o la gloria literaria de Dante. Sin embargo, con el dominio del cristianismo el racionalismo helénico había sido dejado de lado.
Lo que "renace" es precisamente un fervor por el estudio del arte y la literatura griega y romana clásicas para utilizarlo como catalizador de renovar, ampliar y profundizar los conocimientos existentes. Este proceso lleno de contradicciones y en el que, coexisten viejas tradiciones y sorprendentes innovaciones, se inició en 1400 y culminó en 1650 dando como resultado una nueva mentalidad que se reflejaría en todos los ámbitos de la sociedad: las costumbres "caseras", los dictados morales, los ideales éticos, las expresiones científicas y artísticas, y en el plano económico planteamientos básicos de lo que sería luego el capitalismo.
El campo era propicio: gracias a la cultura medieval o quizá a pesar de ella, artistas y científicos habían alcanzado un grado ideal de madurez. Junto con los utopistas que estudiaremos en este capítulo nos encontraremos con figuras como Petrarca2 y sus sonetos. Bocacio3 y su "Decamerón", Shakespeare4, Lope de Vega5, Tirso de Molina.6 Bruneleschi7 y su nuevo estilo "renacimiento" en la arquitectura. Rafael,8 Miguel Angel,9 Rubens,10 Rembrand11 en la expresión artística. La imprenta de Gutemberg12 y la utilización del papel dieron nuevas alas a la difusión de los conocimientos. El descubrimiento de la brújula magnética13 abrió los mares al descubrimiento de nuevas tierras14 y las mentes a la aceptación de una nueva concepción de nuestro mundo. Los telescopios nos revelaron nuevos secretos del universo. Los hombres se sintieron libres de emigrar hacia nuevos destinos. La economía se lanzó con la importación de nuevos productos. Se fueron creando las bases del trabajo industrial.
2 (1302-1374)
3 (1313-1375)
4 (1564-1616)
5 (1562-1635)
6 (1571-1648)
7 (1377-1466)
8 (1483-1520)
9 (1475-1564)
10 (1577-1640)
11 (1608-1669)
12 (1394-1468)
13 1300: Flavio Gioja.
14 Colón (1492)
HUMANISMO
El término "humanismo" es aplicado en forma amplia para definir teorías sociales y especulaciones filosóficas cuyo énfasis se vuelca sobre la esfera humana. En forma más estricta se llama "humanismo" a un método de educación e investigación, que habiendo nacido en Italia en el siglo XIV, se difundió posteriormente por toda Europa y, a los efectos de nuestra investigación, también en Inglaterra. Muchas veces se habla también de "humanismo renacentista", pero cabe destacar que el "humanismo" precede y rebasa el período propiamente renacentista, por lo que si bien debe estudiarse en el marco de este fenómeno histórico, merece un capítulo independiente.
Las matemáticas, la medicina y los autores clásicos constituyeron en el Renacimiento disciplinas de estudio privilegiado. Los desarrollos logrados en las dos primeras, prepararon la revolución científica de los siglos XVI y XVII. Mientras, el retorno a la antigüedad en filosofía fue la base del pensamiento humanista en el Renacimiento. Pero Aristóteles y otros filósofos de la antigüedad eran valorados como tales y no como rectores de la ciencia. Esta sería guiada por un movimiento intelectual antropocéntrico, que desarrollarían las figuras que inmediatamente repasaremos. El hombre se convence de su importancia en el desarrollo del mundo y en su posibilidad de influir en él. Con ello se desarrolló un nuevo sentido de libertad, tanto en el campo del pensamiento como en el de la acción material.
La religión no desapareció, pero se transformó en un elemento subjetivo, personal, sin intermediarios ni representantes entre el individuo y el centro de su fe, con lo que el poder de la Iglesia se vio seriamente afectado, dando como resultado el nacimiento del protestantismo.
Sin quitar importancia a la obra precursora de Pico della Mirandola o Giordano Bruno (ver más adelante), el percutor de la acelerada renovación del pensamiento en el Renacimiento, fue el renacer del Platonismo. En la obra de ambos autores se encuentran las pruebas de ello. Pero son más claras las consecuencias en el comportamiento y en la educación, donde las virtudes platónicas fueron convertidas en objetivo de los caballeros en las cortes renacentistas. Sin embargo, a través del estudio de Platón (428-348 A.C.) la cultura renacentista llegó a Pitagoras (580-500 a.C.): despertó la obsesión de descubrir los secretos del cielo y de la tierra mediante los números y su utilización en el cálculo exacto. La revolución del pensamiento fue provocada por la irrupción de Platón en la filosofía científica.
PLATÓN
Su verdadero nombre fue Aristocles, ganándose su apodo por sus anchas espaldas. Datos inciertos indican que nació en Atenas o en la isla de Egina entre los años 428 a 420 de una familia de aristocrática descendencia. Su padre fue Aristón y al fallecer su madre se casó con Pirilampes, ayudante de Pericles. Platón abandonó sus ambiciones políticas iniciales frustrado por la actuación de los gobernantes. Alumno de Sócrates adoptó su filosofía y su estilo dialéctico. Ya cuarentón, fundó su Academia en la que los atenienses, entre ellos Aristóteles, podían estudiar Política, Filosofía y Ciencias. Murió en el 348 o 347 A.C.
Sus primeros Diálogos son una continuación de las ideas socráticas, mientras que los posteriores muestran una clara evolución filosófica. En muchos, sin embargo, el protagonista siguió siendo Sócrates. Piedad, Religión, Virtud, Templanza, Placer, Bien, Etica, Belleza, Amor, Lenguaje, la Naturaleza del Conocimiento, la Teoría de las Ideas, la Relación Cosmos-Ciencia, son algunos de sus temas, que se convertirían en los pilares fundamentales del pensamiento occidental.
En sus Teorías de las Ideas y del Conocimiento afirmó su convicción de que el conocimiento es asequible, pero condicionó su valor a que la sabiduría llegue a la verdad ideal, permanente e inmutable, y no a la aparente del mundo físico y cambiante. Como consecuencia, otorgó al método experimental un nivel de simple probabilidad lo que lo invalidaba para el conocimiento. Sólo la Razón, dice en "La República", nos puede permitir conocer el mundo de las ideas, que son sustanciales, universales, perfectas y eternas. El mundo empírico no es para Platón el mundo real, porque el primero es un mundo de cambio y destrucción. El mundo real es el mundo de las ideas. Estas constituyen el modelo de las formas físicas y le otorgan realidad. Dios es la idea suprema.
En "La República" encontramos la expresión de sus ideas políticas y su plan para un Estado ideal, donde los reyes filósofos han cumplido con toda su evolución intelectual, por lo que están en condiciones de llegar a las decisiones más sabias; los artesanos deben adquirir la virtud de la templanza y los militares la del valor. El Estado llega a ser justo cuando cada clase cumple con su misión.
El alma del hombre que integra el Estado, según Platón, tiene también tres elementos: el racional, el de los apetitos y el volitivo. Cuando la razón y la voluntad pueden dominar los apetitos, la persona es justa.
La influencia de Platón se mantendría a través de los tiempos. Pero en el mundo medieval sus planteamientos habían sido superados por la adopción de las teorías aristotélicas y su "conversión" al cristianismo representada por el escolasticismo. Ello nos obliga a que antes de seguir adelante con la secuencia utópica, hagamos un pequeño repaso del pensamiento de Aristóteles y de las innovaciones escolásticas.
ARISTÓTELES
Aristóteles (324-333 A.C.) estudió con Platón pero dio distintas soluciones a los mismos problemas: lo que para Platón era idea para Aristóteles era sustancia que hace actuales determinadas propiedades que ya estaban implícitas en la esencia del ser. Según él, un sujeto como yo, José, crecí, pasé de ser un niño a no ser ya un niño, a ser un adulto. Pero yo, José, soy José tanto de niño como de grande. José como concepto permaneció sin cambios. Si bien yo soy el sujeto del cambio, siempre soy el mismo José. Aristóteles me llamaría a mí el "sustrato del cambio". Así pues, mi realidad es cambiante, pero el concepto de José es inmutable. Yo soy en realidad una verdad conceptual: como sujeto de cambio, pude convertirme en un hombre adulto, pero nunca hubiera podido transformarme en, por ejemplo, un elefante, ¿verdad? Claro que no: sólo en un José adulto. Esta única alternativa que tenía fue llamada por Aristóteles "la propiedad potencial" de José (de convertirse en adulto).
Pero para que esa propiedad potencial se hiciera realidad y yo me haya transformado en adulto hizo falta una "causa material". Esa causa material me acompaña desde mi nacimiento. Sin embargo, para que esa causa material de que José se transforme en adulto se actualice, se manifieste, se concrete, debe haber un proceso, una "causa eficiente" de crecimiento. Pues bien: crecí, culminé el proceso. ¿Por qué y para qué? Porque hubo un objetivo para esa transformación. A este objetivo Aristóteles lo llama "la causa final".
Así pues, todo el mundo tiene un propósito, una causa final. Por eso, dice Aristóteles, nada es accidental, cada cosa tiene una "ley del devenir". Pero para mantener el orden, todas las leyes del devenir particulares están regidas por una ley sobre las leyes, inmutable, no creada, no actualizada: es "el motor inmóvil", la esencia de la racionalidad.
El pentalfa pitagórico: la estrella de cinco puntas o pentagrama, con la letra G (Gnosis, Geometría, God) en su centro, simboliza la Obra Maestra, el hombre que ha alcanzado su realización. Sus puntas pueden coincidir con la figura de un hombre: los brazos y piernas en las cuatro puntas inferiores (2, 3, 4 y 5), mientras la cabeza se ubica en la punta superior (1).
PITÁGORAS
La biografía de Pitágoras ha sido adornada por innumerables detalles míticos. Nació en la isla egea de Samos, en el siglo VI A.C. y fue hijo de un prominente comerciante. Se supone que viajó a Oriente, llegando a la India, Babilonia y Egipto. Muchas de sus ideas muestran esta influencia oriental. Cuando volvió, quizá por la incomprensión de sus conciudadanos y su oposición al gobierno del tirano Polícrates, se instaló en Crotona, al sur de Italia.
Fundó allí una escuela desde donde difundió sus ideas. Este centro tomó la forma de una verdadera comunidad religiosa y moral, en la que se enseñaba filosofía, ciencias y matemáticas y en la que se veía a los números como el principio de todas las cosas, dándoles propiedades físicas.
Se le atribuye el descubrimiento de la tabla de multiplicar, del sistema decimal, del teorema que lleva su nombre y de muchos otros principios matemáticos. También se dice que a él se debe la Razón Aurea que vimos en capítulos anteriores.
Quizá debido a la influencia política de su escuela, se produjo una revuelta que lo obligó a huir, pudiendo morir un año más tarde en Metaponto.
La mejor forma de exponer sus presuntas ideas es reproducir sus Versos de Oro:
ROGER BACON
No confunda el lector a Roger con Francis Bacon, que viviría más de trescientos años después. Roger Bacon nació en Inglaterra en 1220. Su inclusión en esta lista responde al hecho de que fue un precursor del desarrollo intelectual que se produciría en Europa en los siglos XV y XVI y un adelantado de la ciencia moderna.
Sus contribuciones le ganaron el título oficioso de Doctor Mirabilis, habiendo sido su mayor mérito el de luchar a favor de una ciencia experimental. Estudió filosofía aristotélica, pero en 1247 su vocación sufrió un cambio radical dedicando su inagotable energía al estudio de las matemáticas, la astronomía, la óptica, la gramática y la alquimia. Su tiempo y dinero se destinaron a financiar sus investigaciones, para lo que necesitó comprar todo tipo de "libros secretos" y construir complicados aparatos para su laboratorio. Aunque sus múltiples resultados pueden no ser vistos hoy como extraordinarios (lentes y espejos, las causas del arco iris, la forma de volar, la fabricación de pólvora, el diseño de vehículos, etc.). para su época representaron verdaderas novedades. Debemos juzgar su personalidad por el importante hecho de haberse dedicado a la práctica empírica en una época en la que la razón pura era dominante y haber planteado que el conocimiento de la naturaleza podría afirmar la fe. Habiendo ingresado en la orden franciscana en 1257, sus inquietudes fueron reprimidas, tuvo que desarrollar su labor en secreto y finalmente sufrir el encierro. Murió en 1292.
NICOLÁS DE CUSA
Nicolaus Cusanus nació en el 1401 y murió en 1464. En su vida, larga para su época, fue cardenal, matemático, filósofo, estudioso escolástico, médico y científico experimental15 (en una época en que la experimentación era rechazada). Sostuvo la limitación del hombre para conocer la naturaleza divina.
15 Este es el eslabón que lo une con Francis Bacon, que estudiaremos más adelante.
En su obra De Docta Ignorantia define al hombre instruido como aquel que es consciente de su ignorancia. Se adelantó a Copérnico aceptando que el Universo se mueve sin tener a la tierra como centro, concluyó que el aire tiene peso a través del primer experimento tendiente a demostrar que las plantas se alimentaban del aire.
GIOVANI PICO DELLA MIRANDOLA
El Conte di Concordia nació en 1463. Su padre era el señor de Mirandola, perteneciente al ducado de Ferrara. Le facilitó a su hijo la mejor educación humanística: derecho canónico en Bologna, filosofía en Padua, hebreo, arameo y árabe en París y Florencia. Con esta base, pudo convertirse en el primer escolástico que estudió la Cábala hebrea y basado en ella elaboró argumentos para la justificación de la fe cristiana. Muchos de sus planteamientos fueron prohibidos por la Iglesia por heréticos y hasta le valieron a Pico un arresto preventivo. Su importancia como contribuyente a la moderna cultura occidental adquiere especial esplendor con su crítica a la astrología, -que quizá haya influido décadas después en Copérnico,- en una época en la que estaba impuesta como determinante del destino de los hombres y del mundo. Radicado en Florencia, integró la Academia Platónica auspiciada por Lorenzo de Médici.
Pico fue un precursor del pensamiento renacentista. Cuando afirmó que "la suerte es hija del alma", rompió con el dogma que establecía que los acontecimientos en la vida del hombre estaban determinados por la divinidad. Pico veía al ser humano como un ser digno, dueño de su destino y no como una marioneta sin posibilidades de actuar. El hombre era "el gran milagro y un animal admirable" creado por Dios para que hubiera alguien que admirara la grandeza y la perfección de la creación. Pero el individuo tiene, según Pico, la libertad de forjarse a sí mismo y de mejorar la obra divina, siguiendo pautas de perfección creadas por una santa ambición de alcanzar lo bueno sin conformarse con la mediocridad.
Otras referencias a la importancia de Pico en el pensamiento renacentista, se encontrarán en el siguiente capítulo.
NICCOLO MACHIAVELLI
Nació y murió en Florencia (1469-1527). Su padre fue un modesto abogado, -la "oveja negra" de una prominente familia florentina,- que no pudo dar a Niccolo una educación completa por lo que se convirtió en un autodidacta, libre de todo condicionamiento.
Su experiencia como jurista, diplomático y administrador le permitió conocer las lacras del sistema renacentista italiano y al exponerlo se ganó la inquina de los políticos. Su cruda sinceridad lo llevó a la cárcel acusado de conspirador. Logró su libertad gracias al apoyo de Lorenzo de Médici. Aún más se exacerbaron sus opositores por la publicación de su principal obra, "El Príncipe". Ella lo llevó a la fama, pero publicó también comedias y novelas, obras de crítica militar, historia y moral, en las que revela su ágil pensamiento, su incisivo análisis y su propósito de investigar sin límites, todo ello en un elegante estilo.
En "El Príncipe" analiza en forma por demás realista la naturaleza del poder. Esta obra es considerada por muchos como base para la futura ciencia política. Su aseveración de que "el fin justifica los medios" hizo que fuera llamado cínico por quienes simplificaron sus ideas. El escritor florentino fue partidario de la libertad, lo que se refleja en sus obras: "La experiencia muestra que las ciudades jamás han crecido en poder o en riqueza, excepto cuando han sido libres".
Maquiavelo representó cabalmente la corriente renacentista, profana e inquisitiva. Nostálgico de la grandeza de Roma, su doctrina se basa en considerar que la razón suprema es la razón del Estado. Al príncipe que lo representa, si quiere conservar el poder, "no le es posible observar en todo, lo que hace mirar como virtuosos a los hombres, puesto que a menudo, para conservar el orden ... debe obrar contra su fe, contra las virtudes de la humanidad y caridad, y aun contra su religión" ("El Príncipe", capítulo 18). Esta frase tan dura ha sido considerada por los apologistas de Maquiavelo como una norma que implica la utilización de bases racionales para perfeccionar la sociedad, dejando de lado las consideraciones individuales o la atomización en grupos de presión de la sociedad. José Luis Romero ("Maquiavelo Historiador", Bs. AS. 1995), dice: "Fue el implacable realismo de Maquiavelo lo que permitió diagnosticar precozmente el sentido del naciente orden europeo, establecer los fines ideológicos que convenían a la comunidad de la que formaban parte y señalar los medios eficaces para lograrlos a partir de las situaciones reales que predominaban en la Italia de su tiempo".
Mientras Pico veía a la sociedad formada por todos los hombres en pleno uso de su libertad, Maquiavelo partía de la premisa de que el hombre es egoísta y malo, dispuesto a emplear cualquier medio para lograr su seguridad y predominio. Esto provoca violencia, y solamente un gobernante fuerte, astuto e inescrupuloso puede establecer el orden. Claro que debe ser prudente, pero sólo en la medida que convenga al Estado. Pero si debe reaccionar con medidas drásticas, dice Maquiavelo, "la grandeza de los crímenes borrará la vergüenza de haberlos cometido". En vez de ceñirse a normas morales y a considerar lo que es bueno o malo, el Príncipe debe ser práctico y realista, porque lo que importan son los resultados: no debe tener virtudes, solo hacer gala de ellas.
NICOLAUS COPERNICUS
Nicolás Copérnico nació en Torun, Polonia báltica, en 1473 y murió también allí en 1543. Estaba destinado a seguir la tradición mercantil de la familia. Pero uno de sus tíos, vinculado a los altos círculos eclesiásticos lo apadrinó y apoyó su educación en las universidades de Cracovia y Boloña, donde estudió artes liberales que incluían astronomía y astrología. En el claustro italiano colaboró con su principal astrónomo, Doménico María de Novara, quien lo familiarizó con sus observaciones prácticas y lo guió en sus estudios. Se trasladó a Padua, donde estudió medicina, una disciplina muy unida a la astrología. Finalmente recibió el doctorado en la Universidad de Ferrara.
Al regresar a Polonia, su protector lo colocó en un puesto administrativo, que lo vinculó a la colectividad científica y le permitió demostrar sus conocimientos astronómicos, entre otros, proponiendo el método para reformar el calendario, que finalmente llevó a cabo el matemático Paul de Middelburg.
Allí concibió su teoría heliocéntrica (helios, en griego, sol). Su publicación constituyó toda una epopeya llena de temores por la posible reacción de la iglesia. Finalmente, días antes de su muerte, Copérnico pudo ver impreso su trabajo bajo el título "De revolutionibus orbium coelestium16 libri" donde presenta al aun intolerante mundo del siglo XVI su teoría de que la tierra gira alrededor del sol en una órbita anual, y también lo hace diariamente sobre sí misma.
16 En el original decía terrae, pero se cambió por coelestium para evitar un escándalo mayor.
Galileo, Kepler, Descartes y Newton encontraron en Copérnico la fuente de su inspiración.
GALILEO GALILEI
Pocos años después de la muerte de Copérnico, nació Galileo Galilei en Pisa (1564-1642). Hijo de un músico, asistió a la escuela en Florencia y a la Universidad de Pisa donde estudió matemáticas y filosofía. Hizo una brillante carrera como matemático, físico y astrólogo, en el transcurso de la cual realizó importantes aportes a la teoría del movimiento, formuló el principio de la inercia, inventó una balanza hidrostática y el termómetro, y construyó el primer telescopio en Venecia (1609). Dejó caer objetos de distinto peso desde la Torre de Pisa, para demostrar que la velocidad de su caída no era proporcional al peso como había sostenido Aristóteles. Desde su época de estudiante apoyó la astronomía copernicana. Obtuvo las cátedras de matemáticas en las universidades de Pisa y Padua. Sostuvo que la naturaleza debe interpretarse por ecuaciones matemáticas, a las que se llega por medio del método experimental, con lo que se justifica que sea considerado el precursor de la ciencia moderna.
Ganó fama e las más importantes personalidades le brindaron su apoyo, entre ellos el papa Urbano VIII. El mismo pontífice lo autorizó a escribir un libro sobre el universo, pero advirtiéndole que tratara los planteamientos de Copérnico como simples hipótesis. En 1630 terminó los manuscritos del "Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo, tolemaico e copernicano" y, según se dice "por error", fue publicado sin pasar por la censura. El libro provocó un verdadero escándalo en los medios científicos y eclesiásticos, ya conmocionados por la afirmación de Galileo de que las experiencias sensoriales y su necesaria demostración prevalecen tanto sobre las especulaciones filosóficas como sobre las teológicas. El papa nombró una comisión que recomendó la intervención de la Inquisición, la que después de un largo proceso en que se lo trató con respeto, fue declarado sospechoso de herejía, se le condenó a cadena perpetua, obligado a abjurar de sus ideas (1633). Aunque sin pruebas, parece que aquí dijo su famosa frase "Eppur si muove!". Pasó sus últimos años recluido en una casa de campo de Toscana, donde continuó trabajando hasta su muerte.
RENÉ DESCARTES
Renatius Cartesius nació en La Haya en 1596 y falleció en Estocolmo en 1650. Es llamado el padre de la filosofía moderna especialmente por su oposición a la escolástica aristotélica.
Cuando en 1633 llegaron a él las noticias del proceso de Galileo, debió suspender la publicación de uno de sus trabajos en el diario Le Monde, con la esperanza de que la Iglesia reconsiderara la sentencia, ya que toda su concepción del universo estaba también basada en la teoría de Copérnico.
En 1637 publicó su Discurso del Método, donde preconiza el uso de la razón en la búsqueda de la verdad científica. Sus otras obras lo muestran como un eminente matemático, filósofo y científico. Su famosa frase "pienso, luego existo" es parte de su concepción dualista: la esencia de la mente es el pensamiento; la de la materia las tres dimensiones. En otras obras crea las bases de la geometría analítica, formula las leyes de la refracción, explica la formación del arco iris, regula el razonamiento, establece límites morales
TOMÁS MORO
Thomas More nació en Londres en el año 1478. Fue escolar en St. Anthony, paje del cardenal Morton, estudiante de literatura y filosofía en Oxford y de derecho en New Inn. Frecuentó círculos humanistas y conoció a hombres célebres quienes lo introdujeron en el conocimiento de la lengua griega, los estudios clásicos y la historia de la Iglesia.
Determinante fue su relación con Desiderio Erasmo, (1469-1536), a quien recibió como huésped en sus visitas a Inglaterra. Este holandés nacido en Rotterdam fue uno de los más destacados humanistas del Renacimiento. Poseedor de un espíritu enciclopédico, enfocó los temas sociales y religiosos con un sentido equilibrado y armónico. Su personalidad ejerció gran influencia sobre Sir Thomas, así como lo hizo sobre la mayoría de los humanistas de su época. Consecuencia de esta influencia, se considera la obra que More publicó en 1516, "Utopía",17 dedicada a una elite de Humanistas y altos funcionarios. En "Utopía" Sir Thomas bosqueja una sociedad pagana y regida por principios que si tuviéramos que definirla hoy la llamaríamos "socialismo utópico", gobernada bajo el signo de la razón. Su protagonista, Raphael Hythloday, expresa en el libro sus ideas sobre la aplicación de la justicia, la educación controlada por el estado, el pluralismo religioso (recordemos que Lutero publicó sus noventa y cinco "disidencias" en 1517), divorcio, eutanasia y derechos de la mujer (!).18 ¿Podemos dejar de pensar en una red Humanista subyacente, integrada por los más preclaros cerebros de la época, que bullía y hasta se volcaba, como en este caso, a pesar de los regímenes absolutistas y del control de la Iglesia? Sin ninguna duda, se dio en esta Europa, un fenómeno singular, cuyo primer síntoma característico fue el libro de Sir Thomas.
17 Utopía, del griego "ou-topus", un lugar que no existe. More hizo un juego de palabras y lo convirtió en su obra en "eu-topos", un buen lugar.
18 Recordemos que Tomás Campanella, autor de "La Ciudad del Sol" (1602), libro del que se encontrará un comentario en otra parte de este texto, nacería recién en 1568.
Ocupó cargos parlamentarios y ejecutivos, adquiriendo gran prestigio por sus conocimientos legales y comerciales. En 1509 ocupó el trono de Inglaterra Enrique VIII, detalles de cuyo reinado encontrará el lector en los capítulos titulados "La Reforma Protestante" y "Inglaterra en el siglo XVII". Baste decir aquí que en 1517 More fue llamado por el monarca para integrar el Consejo del Rey donde desarrolló una brillante labor que le valió la asignación de cargos cada vez más importantes. En 1529 fue nombrado Canciller. En la misma época el rey decidió divorciarse de Catalina. Moro, como buen católico, consideró que no debía inmiscuirse en asuntos eclesiásticos. Pero cuando Enrique obligó al Parlamento a otorgarle la potestad legislativa en materia eclesiástica, Moro renunció, perdiendo sus privilegios. Cuando el rey quiso casarse con Ana Bolena, Moro no quiso ir contra la autoridad papal. Fue encarcelado, juzgado por traidor y condenado a muerte. Habiéndose negado a pedir perdón, a pesar de los ruegos de familiares y amigos, fue finalmente ejecutado. La Iglesia lo santificó en 1935.
PIETRO PAOLO VERGERIO
Al referimos a los estudios realizados por nuestros utopistas al fin del medievo, estamos viendo su eclecticismo. No podemos dejar de mencionar al introductor del sistema educativo llamado de las artes liberales: Vergirio (1370-1444), profesor de Retórica en la Universidad de Padua, fue uno de los primeros humanistas. Escribió un tratado pedagógico titulado De ingenuis moribus et liberalibus studiis en el que presenta lo que él considera el plan de estudios más armónico equilibrado tanto para el cuerpo como para el espíritu. Las que él llama artes liberales incluyen elocuencia, historia, filosofía, teología y metafísica, pero también ciencias naturales, matemáticas, astronomía, medicina y leyes. Lo que parece un plan de estudios inalcanzable se hace viable por el hecho de que, en principio, ninguna de estas materias es estudiada en profundidad: por oposición al enciclopedismo, el humanismo trata de encontrar la relación entre todas estas disciplinas, dejando luego librada a la vocación la elección de la especialización. Los estudios no debían ser solamente librescos, sino que se desarrollaban en base a la discusión dentro de grupos.
LA ACADEMIA PLATÓNICA
En el año 1396 Manuel Chrysoloras llegó a Florencia procedente de Constantinopla. Con él se abrió la oportunidad de que los florentinos pudieran estudiar el idioma griego. El mismo tradujo las obras de Platón al latino, con lo que se abrió un nuevo mundo de posibilidades al conocimiento de los clásicos.
En 1434 Cosimo de Medici se convierte en el hombre más influyente de Florencia, comenzando un dominio "constitucional" de la ciudad por parte de su familia, que se prolongaría hasta principios del siglo XVIII, tiempo en el que además cuatro de sus descendientes llegaron al papado y otros integraron las familias reales europeas. Cosimo comenzó una tradición de grandes realizaciones artísticas, arquitectónicas, de difusión de la cultura clásica y en especial de las obras de Platón. Fundó en una de sus propias residencias la Academia Platónica, recreación de la escuela creada en los jardines de Academos por Platón. En ella se reunirían informal pero permanentemente eruditos y estudiantes para discutir sobre filosofía, autores clásicos y especialmente para desarrollar una nueva tendencia platónica del cristianismo. La academia se convirtió en uno de los más famosos centros intelectuales europeos. A su frente estuvo desde 1462 Marsilio Ficino (1433-1499), filósofo, teólogo y lingüista. Picco de Mirandola fue uno de sus alumnos.
El nieto de Cosimo, Lorenzo (el Magnífico), que gobernó Florencia desde el año 1469 hasta su muerte en 1492, es considerado el más brillante de los Medici, habiendo continuado la tradición de su abuelo como "mecenas" de las artes.
Siguiendo el ejemplo de la Academia Platónica, en el siglo XVI y XVII surgieron diversas academias literarias y científicas. En Roma la Academia Lincei (1603), la Real Sociedad de Inglaterra (1662), la Academina Fracesa (1635), la Academia de Ciencias de Francia (1666), la Academia Leopoldina en Alemania y la Real Academia Española (1713).
PARACELSUS
Philippus ("Aureolus"19) Theophrastus Bombastus von Hoheneim ("Paracelsus") nació en Suiza en 1493. Lo crió su padre, médico y alquimista alemán que se trasladó con su pequeño hijo a Villach, en sur de Austria. Asistió a una escuela primaria ocupacional, donde aprendió los fundamentos de la minería. Quizá viendo el oro fundiéndose en los crisoles se haya despertado su sueño de llegar al metal precioso partiendo del plomo.
19 Su padre lo llamaba así por su pelo rubio.
A los catorce años comenzó a recorrer centros académicos, buscando un mentor. Parece que finalmente se graduó en medicina en la Universidad de Viena e hizo un "post-doctorado" en la de Ferrara. Allí comenzó a usar su seudónimo de Paracelsus, en el sentido de "alternativa" a Celsus, famoso médico hipocrático de la época de Augusto.
Espíritu inquieto, buscó conocer nuevos tratamientos médicos y "las fuerzas latentes de la naturaleza", por toda Europa, Egipto, Arabia, Tierra Santa y Constantinopla. Hablaba con monjes, vendedores de hierbas, abuelas, gitanos y brujas, para tamizar su información y descubrir alguna esencia de verdad, afirmando que la ciencia no se aprende sólo en las aulas sino a través de la experiencia que estimula la intuición. En algún momento Johannes Heidenberg ("Tritemio"), -famoso monje de Wurzburg,- le transmitió su experiencia ocultista.
En 1524 volvió a Villach donde las noticias de sus curas "milagrosas" ya eran conocidas. La Universidad de Basilea lo nombró profesor. Puso de manifiesto un carácter agresivo y malhumorado y una personalidad egocéntrica y orgullosa. En ejercicio de su cátedra intentó abrir sus clases a todo el público, permitió la asistencia a "barberos-cirujanos" y quemó libros de Avicena y Galeno lo que escandalizó al claustro. Hablaba en alemán en lugar del "culto" latín. Pero su prestigio aumentaba: alumnos de toda Europa gozaban de sus enseñanzas muy poco ortodoxas. Todo esto le ganó muchos enemigos cuyas amenazas lo obligaron finalmente a huir.
Conoció al genial médico francés Ambrosio Paré. En los "refugios" que le brindaron sus amigos completó en 1536 su libro "Der Grossen Wundartzney" que despertó la admiración del mundo científico y lo llevó nuevamente a la fama. Escribió también tratados sobre la sífilis y la silicosis de los mineros. Descubrió el poder diurético del mercurio, el de los cuerpos etéreos para narcotizar, el de las aguas balnearias para la digestión, el de los ácidos para precipitar las proteínas de la orina, etc. Fijó los principios de la moderna homeopatía. Medicina y química se unieron en sus métodos empíricos y sus análisis rigurosos que abrieron una nueva era en la ciencia. Alguno de sus biógrafos lo describe como apasionado por la investigación alquímica y la búsqueda de la Piedra Filosofal, el Elixir de la Larga Vida y la Panacea para curar todas las enfermedades. Pero su interpretación de estos objetivos era más médica que ocultista. Sus métodos medicinales se basaban en dar al enfermo sustancias minerales que trataba según los principios alquímicos, pero sostenía que ellas eran sólo catalizadoras para que el cuerpo, usando sus principios activos, se curara a sí mismo. Creyente en la metempsicosis, consideraba que todo lo existente poseía un alma, que evoluciona permanentemente. La singularidad del hombre es poseer un espíritu que proviene directamente de Dios.
Sus admiradores actuales subrayan sus conocimientos ocultistas e iniciáticos y su sabiduría en temas médicos, filosóficos, astrológicos y teológicos. Paracelso murió en 1541, a los cuarenta y ocho años. Los rosacrucianos lo consideran su precursor20.
20 Ver Rosacrucianismo en el capítulo ESOTERISMO.
ANDRÉS VESALIO
No podemos mencionar a Paracelso sin recordar a su contemporáneo Andrés Vesalio, el padre de los estudios anatómicos modernos. Nació en Bruselas en 1514 y destacándose en sus estudios médicos comenzó a los 23 años su carrera como profesor de anatomía ("explicator chirugiae") en Padua. Realizó continuas disecciones de cadáveres, lo que le permitió publicar en 1543 su obra "Humani Corporis Fabrica", con más de 300 detalladas ilustraciones dibujadas por él mismo y hasta hoy admiradas. Reconoció la grandeza de Galeno, -el médico griego del siglo II D.C., cuyas enseñanzas fueron el evangelio de la medicina medieval,- pero corrigió sus errores. Es más: criticó con todo el fervor de su juventud a los médicos de su época por basarse solamente en los textos de Galeno sin aprender de la experiencia e ilustrarse en anatomía por medio de la disección en cuerpos humanos y no en los de animales como, -según Vesalio,- había hecho Galeno. Hizo también una separación científica entre la anatomía estática y la fisiología dinámica. En este sentido combatió el dogmatismo en la ciencia, al igual que otros utopistas combatían contra los prejuicios impuestos por la Iglesia, de acuerdo a los cuales las Sagradas Escrituras contenían toda la verdad sobre el Universo. Lo que no se atuviera a ella era obra del demonio, y por lo tanto la "herejía" se castigaba severamente.
A los veintiocho años fue nombrado médico del emperador Carlos I de España y Alemania, continuando con su función cuando en 1556 éste abdicó en a favor de su hijo Felipe II de España.
Presuntamente la Inquisición lo castigó por su actuación en Italia, enviándolo a una peregrinación a Jerusalén, muriendo en el viaje, a la edad de cincuenta años.
BERNARDINO TELESIO
Nació en Nápoles en 1509. Recibió el doctorado en 1535 y formó parte de la Accademia Cosentina. Pasó largos años de vida conventual y recién en 1565 publicó la primera parte de su obra De natura juxta propria principia, que completa en 1586 y es prohibida por la Iglesia. Su doctrina afirmaba que la naturaleza debe estudiarse experimentalmente. Explicaba que la materia es un elemento tangible y no sólo energía como la había concebido Aristóteles. Por lo tanto son los sentidos quienes permiten conocerla.
Su empirismo constituyó la base de filósofos posteriores, entre ellos Tommaso Campanella.
GIOVANNI DOMENICO CAMPANELLA
Nació en la región italiana meridional de Calabria en 1568. Habiendo ingresado en la vida conventual, -único medio que como niño pobre tenía para educarse,- se le conoció como fray Tommaso. De curiosidad sin límites, estudió teología, filosofía y ciencias naturales. En todo su desarrollo intelectual Campanella sostuvo la supremacía de los sentidos como medio de conocimiento, rechazando los sistemas abstractos sostenidos por la escolástica aristotélica. Sin embargo, leyó las obras del filósofo y ocultista Telesio, en el monasterio de Altomonte conoció a un rabino que dominaba la astrología y a los veintiún años se escapó a Nápoles para estudiar magia y naturalismo con Giambattista della Porta (1535-1615). Ello explica quizá que en sus ideas se mezclaran el racionalismo científico con la superstición y el ocultismo.
En 1591 publicó su manifiesto Philosophia sensibus demonstrata en defensa de Telesio, cuya obra había sido colocada en el Index de la Iglesia. Con ello también Campanella fue acusado de hereje y la Inquisición lo encierró en Roma. Todos sus manuscritos le fueron robados.
Vuelto a Calabria intervino en una conjura contra la dominación española de su tierra y fue condenado a reclusión en el monasterio de Stila. La inquisición lo acusó de herejía después de ser torturado cruelmente y en los casi treinta años de encierro escribió sus más importantes obras sobre política, metafísica, una apología de Galileo, y la que lo ubicó entre los genios de la humanidad y lo lleva a la cumbre de la fama, Civitas Solis, poetica idea Reipublicae philosophicae, "La Ciudad del Sol", inspirada seguramente por la Utopía de Tomás Moro, en la que proclamó su ideal de un país que sigue las leyes morales de Dios y la naturaleza, y donde todos los habitantes viven en comunidad, unidos por sentimientos fraternales y compartiendo los bienes colectivos. Se trataba de un verdadero programa político, lo que explica la aridez de su redacción original en idioma italiano, lo que fue corregido en las versiones posteriores en latín.
GIORDANO BRUNO
Filipe ("Giordano") Bruno nació en Nola, cerca del Vesubio en el año 1548. A los once años ingresó en un monasterio dominicano donde recibió los hábitos trece años después. Aunque la enseñanza normal que allí se impartía era aristotélica, Giordano fue seducido por las traducciones de Hermes y Platón, que abrieron ante el un mundo maravilloso, lleno de nuevas verdades. Al expresarlas, sufrió su primer proceso inquisitorial por herejía, del que logró salir airoso.
Dueño de una memoria prodigiosa, fue llevado ante el Papa para ser exhibido como un prodigio.
Pero también en Roma la Inquisición lo persiguió, debiendo vagar por toda Italia. Llegó a Ginebra, con la esperanza de que los calvinistas suizos lo comprendieran. Pero los protestantes contemporáneos eran tan estrictos como los católicos. Fue en Francia donde pudo terminar "La Gran Llave" y "El Arte de la Memoria". Le cayó en gracia al rey Enrique III y luego a la reina Elizabeth de Inglaterra. Así pudo publicar sus alegatos defendiendo la teoría heliocéntrica. Volvió al continente e intentó reconciliarse con los franceses, luego con los luteranos alemanes, llegando finalmente a Venecia, donde después de ganar muchos adeptos fue procesado nuevamente, enviado prisionero a Roma y condenado a morir en el año 1600.
Giordano Bruno fue un racionalista dispuesto a sacrificar su propia vida en aras de su derecho a expresar libremente sus pensamientos. Identificaba a Dios con un Universo total e infinito, conformando una ideología panteísta que se adelantaría al genial Baruch de Spinoza.
Si tuviéramos que definir su filosofía, diríamos que es un ecléctico: tomaba de cada doctrina lo que mejor se adaptara o justificara su forma de pensar, mezclándolas en sus argumentos. Al adoptar las teorías de Copérnico y su heliocentrismo ya se enfrentó a la concepción de la Iglesia, pero cuando afirmó que el sol era sólo una estrella más dentro de un cosmos infinito con varios sistemas solares y quizá habitados, -como desarrollo de la teoría atomista de Demócrito,- se convirtió en un real hereje. El neoplatonismo, el hermetismo y la magia inspiraron la concepción panteísta de Bruno de un universo que funciona como un organismo vivo al que Dios anima, por que es el Alma del Universo.
Sobre Bruno se han tejido innumerables mitos que lo presentan como mártir del progreso de la ciencia, mago, gnóstico, seguidor de la tradición hermética, revolucionario, espía. Quizá haya sido eso y mucho más. Lo que importa es que la interpretación que se dio a sus obras sirvió como catalizadora para el pensamiento moderno.
LEONARDO DA VINCI
La ubicación de Leonardo da Vinci al final de esta galería de "utopistas" no se debe a un error ni a la casualidad. Leonardo es considerado el mejor ejemplo de las personalidades renacentistas y quisimos cerrar con él este capítulo.
Nació en Vinci en 1452, habiendo sido hijo ilegítimo de Ser Piero, un notario de Florencia. Recibió de su padre la educación elemental acostumbrada. No fue un alumno aplicado, habiendo adquirido de adulto sus conocimientos.
Debemos confesar al lector que al estudiar las primeras biografías formales de Leonardo, no logramos explicarnos la fama de la que ya gozó en vida. Su obra está llena de elevadas aspiraciones reflejadas en proyectos inconclusos. Los comentarios de sus biógrafos sobre sus supuestas tendencias homosexuales son solamente un detalle de su irregular vida privada. Su dependencia de diversos mecenas durante toda su vida, no contribuyó a mejorar nuestra opinión. La grandeza de su personalidad se nos reveló recién cuando logramos abandonar nuestra posición crítica ubicada en el siglo XXI y nos trasladamos al siglo XV italiano. Solamente estudiando su figura dentro de la trama cultural de la época en que vivió, nos fue posible justipreciar su importancia en el desarrollo renacentista.
Como la mayoría de los genios, Leonardo pecó por su obsesión intelectual que lo llevó a incursionar en todos los ámbitos del conocimiento. Nunca mejor aplicado el refrán de que "quien mucho abarca ...". Pero su legado de sueños reflejado en el cúmulo de escritos y bocetos desordenados pero geniales, el número relativamente limitado de pinturas, muchas de ellas sin terminar pero de una creatividad magnífica, los originales proyectos arquitectónicos nunca edificados, los precisos dibujos sobre la anatomía humana y el diseño de novedosos aparatos muy adelantados para su época, justifican plenamente su definición como paradigma de los hombres del Renacimiento.
Su aprendizaje artístico lo hizo en el taller de Verrocchio, escultor, pintor y orfebre de Florencia. Con sólo veinte años ya fue considerado un maestro y recibió muchos encargos.
Durante toda su actividad en Florencia, Milán, Roma y Francia puso de manifiesto la universalidad de su espíritu y su insaciable sed de conocimientos.
Consideró a la vista como el órgano por excelencia. El saper vedere como él decía es la forma de conocer a la naturaleza, convirtiendo una mirada en una certera experiencia. Este fue el leitmotiv de sus estudios. Aplicó su poder de observación a la representación gráfica de sus ideas. Sus dibujos eran lo principal y sólo un complemento las explicaciones que los acompañaban. Lo original de éstas era que Leonardo, zurdo, utilizaba en todos sus manuscritos la escritura especular, hecho sobre cuyas causas nadie ha presentado una teoría aceptable. Para leer sus originales, éstos deben colocarse frente a un espejo. Sobre todo lo que veía o se le ocurría hacía un boceto en cualquier hoja suelta, con la intención de archivarla posteriormente, cosa que no siempre se concretaba. Tanto en los dibujos como en sus pinturas trató de copiar fielmente lo que veía, sin embellecerlo.
Con su obra transformó el ideal gótico, explicando científicamente nuevas formas de perspectiva, color y sombras. Su naturalismo lo hace precursor del ideario de Francis Bacon, que estudiaremos más adelante. Sus estudios sobre los fenómenos de la física insinúan los descubrimientos experimentales de Copérnico, Galileo y Newton. Para sus dibujos anatómicos tuvo que hacer muchas disecciones, actividad que mantuvo en secreto para no despertar las iras de la Inquisición.
Era tanto el material de que disponía y tantas las novedades que le descubrían las traducciones de obras que le habían estado vedadas por su desconocimiento del latín y el griego, que no fue capaz de ordenar sus estudios y actividades.
En 1482 se trasladó a Milán donde permaneció diecisiete años protegido por el duque Ludovico Sforza, dedicado a diversos proyectos artísticos y científicos. Cuando Milán fue invadida en 1499 por Francia, pasó por Mantua y Venecia, volviendo a Florencia, donde pintó "La Gioconda". En 1506 retornó a Milán y en 1513 pasó tres años en Roma. Francisco I de Francia lo invitó a vivir en su castillo de Cloux, donde murió en 1519.
29
EL ESOTERISMO
Móvil de la revolución intelectual
Para comprender la importancia del proceso de transformación del pensamiento que se produjo a fines de la Edad Media y en el Renacimiento y la magnitud de las figuras que hemos mencionado en el capítulo anterior, es necesario que conozcamos el trasfondo cultural dentro del cual aquellas mentes privilegiadas tuvieron la valentía excepcional de rebelarse. Y ese "background" tiene un nombre: esoterismo, palabra proveniente de la expresión griega esóterikos, interior, significando oculto, secreto, para definir una antigua doctrina cuyo conocimiento no debía ser poseído sino por muy pocos, y por lo tanto incomprensible o de difícil interpretación para los no iniciados.
Aún después de finalizada la composición de este capítulo, se mantenían nuestras dudas con respecto a su título: ¿Ocultismo o Esoterismo? El término original para estos antiguos campos del conocimiento fue ocultismo. Recién en el siglo XIX el cabalista francés Eliphas Levi (1810-1875) lo sustituyó por esoterismo, la palabra que ya había utilizado Pitágoras para designar esta sabiduría. En definitiva, optamos por ésta.
LOS ESCOLASTICISTAS
El origen de los escolasticistas medievales está en el intento de conciliar los principios filosóficos de Platón y Aristóteles con la fe cristiana. El propósito era hacer que la filosofía sirviera a la Iglesia: según ésta, la verdad ya existe. Dios ya se conoce a través de la fe. La función de la filosofía es aceptar a priori esa verdad y encontrar las premisas que la prueben y la hagan comprensible, que demuestren que esa verdad es necesaria.
Podemos encontrar el resumen de los primeros ensayos para lograr este propósito en el argumento ontológico desarrollado por Anselmo de Canterbury (1033-1109): 1) No hay un concepto mayor que el de Dios. 2) El hombre tiene ese concepto, aunque no puede imaginarse cómo es Dios, no puede conocerlo. 2) Al no conocerlo, no puede negar su existencia. 2) Sin embargo, entender el concepto de Dios implica también entender su existencia. 3) Dios existe pues no sólo in intelectu sino también in re (en realidad), porque es inconcebible que no exista, es una imposibilidad lógica.
Ya en el siglo XIII Tomás de Aquino (1225-1274) completa la fusión de la metafísica aristotélica con el escolasticismo, adaptándolas a las enseñanzas de la Iglesia. Tomó la idea del motor inmóvil de Aristóteles y la identificó con Dios. Todo en el mundo es dependiente, pero se llega una etapa de la dependencia final, en la que nos encontramos con algo que no depende de nada. De ese no dependiente depende todo el resto de las cosas. Ese es Dios, la primera causa, sin la cual no podría haber un primer efecto y en consecuencia tampoco el mundo. Luego Tomás de Aquino demuestra que la esencia de Dios es existir, desde siempre y para siempre, por lo que su existencia es una necesidad. Esa necesidad implica, contiene, la bondad y la verdad perfectas. Y a través de ellas se ordena el mundo natural. Ese Orden implica un propósito, una causa final y una inteligencia rectora, la de Dios, que es la esencia de la perfección.
OCULTISMO
Una de las formas de esoterismo es el ocultismo. Toda manifestación ocultista es esotérica, pero no todo lo esotérico es ocultista. La palabra ocultismo define diversas teorías y prácticas basadas en la creencia de fuerzas sobrenaturales. Su existencia se remonta a tiempos inmemoriales: los hechiceros lograron dominar a los primeros grupos humanos utilizando adivinación y magia, con la convicción o la habilidad para convencer de que podían manipularse las leyes naturales. Es más: en las sociedades primitivas los límites entre magia y religión eran muy confusos.
Deseamos hacer una clara distinción entre Ocultismo y Ciencias Ocultas. Estas incluyen prácticas sin base científica tales como la adivinación, la quiromancia, el espiritismo y otras, que en su momento debieron ocultarse por haber sido perseguidas, y que son rechazadas por quienes dicen practicar el ocultismo auténtico, basado en conocimientos de alto nivel filosófico.
Nuestro interés se centra en la aparición del ocultismo en la sociedad medieval, basadas por una parte en la filosofía hermética ("Corpus Hermeticum" atribuido a Hermes Trimegisto), la magia y la alquimia provenientes de Grecia, y por la otra en el misticismo judío representado por la Cábala.
El período que vamos a atravesar siguiendo las huellas de nuestros utopistas es de cardinal importancia para el progreso del mundo. Ellos inaugurarán una etapa revolucionaria en la que instituciones como la Iglesia y sabios firmemente establecidos en sus posiciones aristotélicas y escolásticas se encontraron de pronto enfrentados a propuestas desconocidas que amenazaban su mundo. El siglo XV, el "cuatrocento", marca el momento en el que el pensamiento hace eclosión. Largos años de represión dogmática hicieron que la presión acumulada y el ansia de saber fueran tan intensos que que dio lugar a la emergencia de figuras prominentes cuya inteligencia marcaría las pautas del desarrollo intelectual de occidente.
Uno de los catalizadores para esta emergencia estuvo constituido por los textos griegos que trajeron a Florencia en 1403 Manuel Chrysoloras (1353-1415), -autor de una gramática griega y traductor de "La República" de Platón,- y en 1438 Gemistus Plethon (1355-1450): fue este un filósofo y humanista cuyos originales comentarios sobre Platón y Aristóteles ilustraron a los primeros humanistas florentinos y despertaron su interés por Platón. Delegado a un congreso en Florencia, inspiró en Cosimo de Medici la idea de fundar la Academia.
Marsilio Ficino (1433-1499), filósofo, teólogo y lingüista al que nos hemos referido en el capítulo anterior al mencionar la Academia Platónica de Florencia, completó las traducciones y escribió importantes trabajos. Es muy probable que junto con Picco della Mirandola (1463-1494), que estudió hebreo con judíos conversos, tradujeran también textos astrológicos y alquímicos junto con los que comprendían la ideología platónica, la tradición hebraica, los textos herméticos, los fundamentos gnósticos, la geometría y distintas expresiones artísticas. Fue una época de "develación"1 de misterios con raíces muy antiguas que ya habían estimulado al mundo en su progreso. Ahora estaban allí, al alcance de los iluminados que esperaban esta señal para despertar. Y como ante un festín presentado a un huésped famélico, ellos quisieron probar de todo a la vez. Vimos, al repasar la vida de nuestros héroes, que para ellos la especialización no existió. El tiempo era breve y el camino a recorrer interminable. Quisieron alcanzar todos los aspectos del conocimiento humano. Y así nos encontramos con verdaderos sabios que se dedicaron a profundizar simultáneamente en distintas disciplinas. Porque todo formaba parte de una maravillosa unidad. Los secretos del cosmos, de la tierra y del hombre integraban un solo cuerpo panteísta que había que descubrir estudiando y desarrollar experimentando.
1 Utilizamos este galicismo para describir mejor el proceso y distinguirlo de una "revelación", de connotaciones religiosas que no corresponden a la evolución intelectual a la que nos referimos.
Los textos atribuidos a Hermes Trimegisto, cuyo origen las leyendas quieren remontar la época de Moisés, propusieron una alternativa a la creación bíblica: si Dios hizo al hombre según su imagen y semejanza, el hombre es también un creador. Pero para hacer viable la creación hay que, primero, conocer la naturaleza y la única forma de conseguirlo es forzándola, dominándola. La tecnología surgió como una necesidad para lograr ese conocimiento, auxiliando a los sentidos y a la razón. La alquimia pareció ser la respuesta, usando el fuego y la destilación para manipular los materiales y descubrir su esencia. Así surgieron los sueños de la piedra filosofal, del elixir de la larga vida y de la panacea.
Una vez vencida la inercia del conformismo y el temor, la fuerza de la sabiduría fue incontenible. No solamente se desataron las ideas y se proclamaron conclusiones, sino que se aplicaron en la práctica.
Así se llegaría, a través de una brillante cadena humanista, a los inventos de Leonardo y al descubrimiento de Nuevos Mundos con una aceleración geométrica que sin detener su continuidad se prolongaría a través de medio milenio para crear el mundo moderno.
ASTROLOGÍA
Podríamos definir la astrología como un método de presagio basado en la creencia de que la posición relativa y cambiante del sol, la luna y las constelaciones (planetas y estrellas) determinan o indican los acontecimientos. De acuerdo a esta creencia, quien sabe interpretar los cambios celestiales puede adivinar los acontecimientos.
Distintas formas arcaicas de adivinación acompañaron el desarrollo cultural de los pueblos primitivos, pero referencias a una astrología natural distinguible de otras formas de profecía aparecen en Babilonia entre los siglos XVIII y XVI A.C. y su codificación en textos asirios del siglo VII. Esta forma primitiva era teúrgica, es decir basada en la creencia de que los astros eran divinidades cuyos designios podían ser cambiados mediante la celebración de ritos y súplicas. Desde allí los principios astrológicos se difundieron en Egipto, India y Grecia. Sin embargo la concepción astrológica y la división zodiacal adquirió bases teóricas cuando en el siglo IV A.C. comenzó a ser considerada por los filósofos griegos. Cabe destacar que la influencia de las tradiciones Herméticas agregó nuevos aspectos a esta astrología griega.
La caída de Roma en manos de los pueblos bárbaros relegó al olvido el idioma griego, con lo que todos los textos con los "secretos" astrológicos desaparecieron de Europa. Solamente textos aislados traducidos del árabe al latín fueron conocidos en España y Sicilia.
Cuando en el "cuatrocento" Chrysoloras y Plethon, - mencionados más arriba en este mismo capítulo,- trajeron a Italia textos griegos y éstos fueron traducidos, la astrología entró raudamente a Europa occidental, gozando de un brillante aunque efímero éxito. La euforia disminuyó rápidamente con la nueva astronomía de Copérnico, el apoyo de Galileo, las teorías de Kepler, el mecanicismo cartesiano y los descubrimientos de Newton que hicieron de la astrología una materia científicamente insostenible.
Pero no por ello podemos negar la importancia que esta creencia tuvo en el mundo de maravillas que se presentó ante los pensadores humanistas y el efecto de despertar en ellos nuevas construcciones ideológicas que representaron un acelerado avance en la formación intelectual de los tiempos modernos.
No debemos olvidar que en 1440 Gutenberg (Juan Gensfleish, 1400-1468) inventó la imprenta, con la que la impresión de traducciones de textos grecorromanos, hebreos y árabes, obras de filosofía, mitología e imaginación, alcanzaron una difusión nunca conocida con anterioridad. Entre ellos, libros sobre astrología, magia, alquimia, cábala, etc.
MAGIA
En un capítulo anterior estudiamos a Zoroastro, quien compiló y reformó una milenaria tradición en la que se concentraban todas las artes y las ciencias de los tiempos primitivos, la de los "Magos".
La palabra magus es la forma latina de magoi en griego, proveniente a su vez del original iranio, aplicado como vimos a un clan de medos y luego en singular, -el Mago,- al propio Zoroastro. Lamentablemente el sentido del término fue contaminado por la aparición, a lo largo de la historia, de impostores que practicaban la adivinación y creaban "hechos milagrosos" para impresionar a sus seguidores.
Los conocimientos de Zoroastro pasaron a Egipto de allí a Grecia y Roma, donde la magia adquirió un especial sentido: el del conocimiento de las leyes secretas de la naturaleza, en cuya práctica se concilian la ciencia y la fe.
LA CABALA
La palabra Cábala proviene de la raíz hebrea "QBL" (cabal) en el sentido de recibir o aceptar una tradición, dando a esta palabra el significado de transmitir oralmente en forma continua, doctrinas o leyendas.
La tradición oral de la Cábala es parte integral del judaísmo: el conocimiento secreto revelado por Dios a Moisés ya implica una "kabalah", una tradición. Desde entonces se practicó sin interrupción. En el Libro del Profeta Ezequiel encontramos la más exaltada expresión mística en su descripción del encuentro con Dios instalado en su carro celestial. Destacados cabalistas afirman que en el siglo II D.C. se difundió el Libro del Esplendor (Sefer a Zohar), un trascendental comentario sobre la Biblia, que atribuyen a Shimon Bar Iojai.2 Entre los siglos III y VI un autor anónimo escribió el texto que se acepta como el de más antigua autenticidad: el Libro de la Creación (Sefer Iezirá), donde se desarrolla el fundamental concepto cabalístico de las diez sefirot (esferas), por el que éstas junto a las letras del alfabeto fueron relacionadas al cuerpo humano convirtiéndolo en el microcosmos de la creación. En el siglo XII se conoció el Libro del Esplendor (Sefer Habahír), de profundo esoterismo y en el que se explica el significado de las "diez emanaciones" (eser hamaamarot), tres manifestaciones superiores y siete inferiores identificadas con las sefirot.3 En el siguiente siglo los cabalistas españoles escriben también el Libro de la Imagen (Sefer Hatmuná).
2 El estudioso de la Cábala Gershon Sholem atribuye la autoría del Sefer Hazoar a Moshé De León (que nació y murió en España, 1250-1305).
3 Destacados estudiosos afirman por el contrario que se escribió en el siglo I.
La acepción medieval del término "Cábala" está relacionada con las tres formas en que se manifiesta el misticismo judío: la extática, -que supone la convicción de acceder a un plano sobrenatural,- la meditativa, -una profunda experiencia metafísica intelectual,- y la cabalística. Dentro de ésta, es destacable el método exegético de la Guematria, consistente en la sustitución de números por las letras del alfabeto hebreo, para obtener nuevas interpretaciones de los textos sagrados. En las copias medievales de los textos cabalísticos y del Corpus Hermeticum se encuentran elementos comunes, lo que haced pensar en la influencia mutua que pueden haber sufrido los copistas monacales de la época.
La Cábala fue incorporada a la filosofía cristiana renacentista por iniciativa de Picco della Mirandola. Sin embargo, ya en los orígenes del cristianismo, los gnósticos cristianos estuvieron fuertemente influenciados por la corriente cabalística. Desde un punto de vista hermético, la Cábala sirvió también para crear una tradición de misticismo extra confesional.
Sus especulaciones sobre la naturaleza de la divinidad y del espíritu humano pueden dividirse en cuatro corrientes: meditativa, religiosa, mística y mágica, distinguiéndose desarrollos españoles, franceses, italianos y alemanes.
GNOSTICISMO
Con este nombre se identifica a un multifacético movimiento filosófico y religioso cuya fuente es vista por muchos en la prédica de Simón, un judío nacido en el siglo I en Samaria, Palestina. Simón practicaba ciencias ocultas, por lo que se le llamó "el Mago". Sostenía que la salvación podía conseguirse por medio del conocimiento.
En el segundo siglo, surgen movimientos influidos por elaboraciones neoplatónicas y herméticas. Platón había sostenido que el mundo material fue creado por un delegado, inferior jerárquico de Dios, al que llamó Demiurgo y que ese mundo, a pesar de su belleza, estaba en un plano inferior de la escala cósmica, siendo el filósofo quien debía superarlo y ascender.
Movimientos gnosticistas crearon una historia mítica sobre la personalidad de Simón y convirtieron la idea básica de Platón en una doctrina dualista en la que el mal proviene de una ruptura de la divinidad. Transformaron así al Demiurgo platónico en un ser maligno cuyo error fue el de encerrar a las almas en sus cuerpos. Afirmaron luego que Jesús fue enviado por el Dios verdadero con la misión de enseñar a los humanos a escapar de su encierro corporal mediante la gnosis, que es el conocimiento directo que se encuentra en cada ser como chispa divina. Pero creemos necesario aclarar que el gnosticismo no es esencialmente dualista y que su idea central es la de la realización del individuo a través de la gnosis (conocimiento).
En el siglo II D.C. se desarrolló un movimiento teológico en Alejandría, ciudad que se constituyó en el centro cultural del Imperio. En él coincidirían las más brillantes ideas del judaísmo helenizado, del neoplatonismo y de la gnosis cristiana, en un intento de alcanzar una explicación racional del cristianismo y que tuvo una influencia cardinal en el destino de la Iglesia. Clemente (150-215) y Origen (185-254) fueron sus más insignes representantes.
También en el segundo siglo predicó en Alejandría su doctrina gnosticista, Carpócrates: sus ideas dualistas identificaban al mal con la materia. Sus conceptos fueron rotulados como de "gnosticismo libertino" porque sostenían que para alcanzar la libertad trascendente, el alma, en su trasmigración, debía experimentar todas las vivencias, incluyendo los pecados. La salvación sólo era posible mediante el conocimiento esotérico o gnosis.
En el siglo III D.C., en Babilonia, actual Irak, surgió un fuerte movimiento gnóstico, el Maniqueísmo, creado por Manes o Maniqueo, que fue perseguido y encarcelado. Sus discípulos desarrollaron una agresiva acción misionera dentro del Imperio Romano (con iglesias en Egipto, norte africano, Galia y España), llegando a convertir al joven emperador Augusto. Luego fueron combatidos por el Estado y la Iglesia, desapareciendo de Europa en los siglos V y VI. Grupos aislados se mantuvieron en forma clandestina en Turquestán y China hasta el siglo XIV. Los Cátaros o Albigenses, constituyeron en el siglo XII una secta neo-maniqueísta combatida por la Iglesia pero apoyada por la Orden Templaria, en una extraña relación que hasta hoy despierta múltiples interrogantes.
TEXTOS HERMÉTICOS
El mito del dios egipcio Thor (el Hermes Trimegisto de los griegos), inventor de la escritura e inspirador de la literatura fue el "leitmotif" de una colección de textos teológicos y filosóficos escritos entre el siglo I y III D.C., reflejando la creciente desconfianza que inspiraba el racionalismo y el debilitamiento de las barreras entre ciencia y religión. Formaron un tratado utilitario sobre "ciencias ocultas" como astrología, medicina, alquimia y magia y sentaron las bases del pensamiento esotérico occidental. Por ejemplo, en el primero de estos temas se muestra un cosmos cuyas partes son interdependientes, por lo que hay que conocer sus afinidades mutuas. La ciencia no puede brindar conocimientos de este orden, -alegaban,- por lo que hay que recurrir a la revelación, de manera que al llegar por este medio a la gnosis (conocimiento) sobre Dios, el mundo y el hombre, el sujeto renace en un nuevo mundo clarividente.
Los temas esotéricos se incluyen en diecisiete tratados reunidos en el llamado Corpus Hermeticum, conciliando elementos de religiones orientales y filosofías platónicas, estoicas y neopitagóricas:
ALQUIMIA
La palabra tiene origen árabe, al-kimiya, pero el arte-ciencia alquímico tiene raíces inmemoriales, -con límites difícilmente definidos con la astrología, la numerología y aún la teología,- integrando un sistema místico y filosófico estudiado por grandes intelectos de cada época.
Ya se mencionan experimentos alquímicos en las antiguas civilizaciones, en intentos de conocer las propiedades de distintos materiales.
En los albores de la civilización griega ya se conocían las amplias posibilidades que ofrecían metales como el cobre, el hierro, el bronce, el plomo, el estaño, la plata y el oro, junto con las tinturas y el esmaltado, aún antes de la práctica alquímica propiamente dicha.
El metal líquido mercurio y el azufre ("la piedra que arde") fueron muy importantes para el desarrollo de la alquimia. El cinabrio, sulfuro de mercurio natural de color anaranjado, permitió liberar el mercurio puro. Se utilizaron también sales corrosivas como el vitriol (sulfatos de cobre o de hierro) y el alumbre (sulfato doble de alúmina y potasa), el cloruro de sodio y magnesio y el arsénico para colorear metales. El cloruro de amonio fue muy importante porque su sublimación daría como resultado el amoníaco y el ácido clorhídrico, dos corrosivos de los metales. En definitiva, el trabajo con estos materiales, daría como resultado otros ácidos minerales como el nítrico y el sulfúrico.
Precisamente a los antiguos textos griegos traducidos al latín, -si bien más teóricos que prácticos,- les corresponde el mérito de haber hecho que a fines del medioevo haya resurgido la alquimia en Europa en un proceso paralelo con el despertar del interés por los textos herméticos, lo que creó una interrelación entre las teorías alquímicas y una filosofía mística que caracterizó el trabajo de los "científicos" renacentistas. El objetivo declarado por éstos fue el de "transmutar" metales básicos como el plomo en metales nobles como el oro a través de la "piedra filosofal". También el de descubrir el "elixir de la larga vida" y la "panacea" para curar todas las enfermedades. Fueron estos objetivos los que llevaron a que las exageraciones y la mezcla con elementos fantásticos desvirtuaran la grandeza de la alquimia y crearan su fama de "charlatanería".
Sin embargo debe afirmarse que la alquimia fue mucho más que esta búsqueda de fantasías: surgiendo de una época de oscurantismo, constituyó el aspecto empírico de todo un sistema de filosofía mística que incluiría también a la cábala, la astrología y la teología. Porque para los alquimistas, el aspecto físico no era más que la manifestación de una esencia que la experimentación permitiría conocer. Esencia, que según los griegos presumieron, se basaba en la atracción entre los principios femenino y masculino en los elementos (tierra, aire, fuego y agua). Lograr el oro significaría alcanzar el perfecto equilibrio entre esos elementos. Recordemos que la existencia de estos cuatro elementos ya había sido planteada por Empédocles de Agrigento (s. V A.C.). Aristóteles (384-322) le agregaría luego el éter. Demócrito de Abdera (s. V A.C.) elaboró la teoría de que las partículas finales eran indivisibles y las denominó "átomos", agregando que una sustancia podía "transmutarse" en otra mediante un cambio en la ordenación de sus "átomos", con lo que se adelantó a los tiempos, en una precursora versión de las actuales teorías sobre energía.
Mientras la base alquímica de los griegos provenía de fuentes egipcias, a partir del siglo VIII D.C., se desarrolló en el mundo árabe, con centro en la ciudad siria de Harran, una escuela farmacéutica de la cual los documentos más elocuentes fueron los más de dos mil tratados atribuidos a Abu Musa Jabir ibn Hayyan (721-815 D.C.) (conocido por Geber,4 latinización de Jabir) y considerado el padre de la alquimia árabe, que ya sostuvo que la invención y la investigación, -intelecto y sentidos,- pueden hacer progresar a la ciencia. En el siglo IX desarrolló su actividad en Bagdad Ar-Razi (850-923) el más destacado representante de esta escuela y cuyos escritos marcaron el apogeo de la alquimia árabe.
4 En el siglo XIV un alquimista español firmó con el nombre de Geber sus trabajos, quizá con el propósito de darles mayor autoridad.
Un contacto directo con los conocimientos orientales se produjo con las Cruzadas. Pero otros textos alquímicos árabes llegaron a Europa alrededor del siglo X a través de las escuelas y bibliotecas que se crearon en el califato de Córdoba. Sin embargo, a partir del 1200 la medicina árabe sufió un cambio, volcándose a lo que se ha llamado sin propósito de denigrarla, la "ciencia mágica". Es cierto que sin la censura eclesiástica, hizo su aparición toda una pléyade de nigromantes y ocultistas. Pero ello no impidió el desarrollo de una nueva medicina práctica: la de los "prudens phisicus", que destilaban sus propios remedios y poseían una práctica muy desarrollada, dentro de la que la alquimia, la magia y la astrología tenían gran importancia.
Esta transferencia de conocimientos culminó con las traducciones al latín que como vimos entraron a Europa a través de Florencia. No puede sorprendernos pues que se haya despertado en todo el continente una tremenda competencia por alcanzar resultados en la alquimia mineral (fabricación de oro) y vegetal (panacea).5 Si bien los alquimistas no alcanzaron sus objetivos, al intentarlo fueron haciendo importantes descubrimientos, creando nuevas sustancias, inventando técnicas originales y diseñando aparatos, -especialmente las balanzas de precisión,- que servirían luego a los primeros químicos.
5 Recomendamos al lector volver al capítulo de LOS UTOPISTAS y releer la vida de Paracelso: seguramente sus viajes al oriente le fueron de gran ayuda para desarrollar su "medicina".
ROSACRUCIANISMO
En 1614 apareció en la ciudad alemana de Kassel una obra titulada "Allgemeine und General-Reformation der ganzen weiter Welt. Beneben der Fama Fraternitatis des Löblichen Ordens des Rosenzkreutzes an alle Gelehrte und Haupter Europae geschrieben ... Itzo offentlich in Druck verfetiget, und allen trewen Hertzen comuniceret worden." (Reforma General y Universal de todo el vasto mundo, junto con la Fama Fraternitatis de la querida Orden de Rosacruz, escrita para todos los eruditos de Europa ... Difúndanlo entre todos los corazones sinceros.), cuya parte más conocida es la "Fama Fraternitatis", incluida en el texto general. Se le atribuye a Juan Valentín Andrade (1586-1654), un teólogo luterano de la ciudad de Würtemberg. En su texto comienza por hacer una defensa de M. Haselmeyer, secretario del archiduque Maximiliano, encarcelado por publicar textos teológicos de Paracelso. Luego encara la titulada Reforma, un relato mitológico del pedido de Justiniano al dios Apolo y los diálogos con los siete sabios de Grecia y otros, para reformar las leyes tendiendo a devolver a la humanidad su pureza primitiva. A continuación se relata la historia de un legendario Christian Rosenkreuz: nacido en Alemania en 1378, a una temprana edad ingresó en un monasterio, lo que le permitió a los dieciséis años viajar a Oriente, donde durante tres años estudió ciencias ocultas. Pasando por un período de estudios en Marruecos, volvió a Alemania. Formó allí una congregación, -de los Invisibles o Inmortales,- para cultivar las ciencias. Desarrollaron una amplia labor de curación y beneficencia, cumpliendo con normas de estudio, secreto, misión selectiva y reunión anual. Murió a los ciento seis años y fue sepultado en un lugar secreto que sería descubierto ciento veinte años después. (1378 + 106 + 120 = 1604). Sus adeptos la abrieron entonces y descubrieron el cuerpo, una lámpara perenne, invocaciones cristianas, objetos rituales y un vocabulario de Paracelso.6
6 Paracelso nació en 1493. Según la leyenda, se enterró a Rosenkreutz en el año 1484.
En 1615 se reedita la "Fama Fraternitatis" con el agregado de un texto titulado "Confessio". Valentín Andrade publicó también en 1625 "Las bodas químicas de Rosenkreutz" donde desarrolla una fantasía alquímica. Seguramente su propósito al crear estas leyendas fue el de unir a hombres de altos ideales. Su influencia sobre la sensible y receptiva mentalidad de la época a todo lo referente a secretos, esoterismo y magia superó todo lo previsto: se crearon en Francia, Alemania e Inglaterra grupos filosóficos cuya doctrina, -bajo el símbolo que propone Andrade, una rosa y una cruz,- la rosa como antiguo símbolo alquímico y además ambas figuras integrando el signo y un slogan de Lutero,7- entusiasmó al público ilustrado que hizo apasionados esfuerzos por ingresar en la Orden y por saber quienes la integraban.
7 "Des Christen Hertz auf Rosen geht, wenn's mitten unter'm Kreutze steht" (El corazón de Cristo se transforma en una rosa, cuando está en el medio, bajo la cruz).
Por otra parte, una de las consecuencias de la Guerra Europea de los Treinta Años fue la destrucción del movimiento rosacruciano en el continente. Durante los años en que se desarrollaron las distintas etapas de la guerra8 (1618-1648), (fíjense la coincidencia con el "Vacío Documental" del que hablamos) muchos influyentes integrantes de este movimiento Rosa Cruz llegaron a Inglaterra. Su influencia sobre la elite que integraría las filas del movimiento especulativo, es innegable.
8 El Emperador Fernando II de Alemania contra el Palatinado y su Elector calvinista (Bohemia), con la intervención posterior de Dinamarca, Suecia, Francia y España.
Y es probable aunque no comprobable, que Bacon haya participado o dirigido el movimiento rosacruciano de la época
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FRANCIS BACON
Francis Bacon nació en Londres en 1561 durante el reinado de Isabel I, tal como vimos en el anterior capítulo sobre "La Reforma Protestante". A los doce años ingresó en el Trinity College de Cambridge y luego estudió leyes. A los veintitrés años fue electo para el Parlamento. Apoyado por su pariente el conde de Salisbury y luego por George Villiers, duque de Buckingham, pasa a ocupar importantes cargos en la corte de la reina Isabel I (Elisabeth) que reinó hasta 1603. James I que la sucediera en 1603 lo nombra Caballero y luego Procurador General (1607), Fiscal General (1613) y Gran Canciller en 1618, habiendo recibido los títulos de barón de Verulam y Vizconde de San Albano. Pero una acusación de venalidad termina con su vida política.
¿Qué justifica la apertura de un capítulo especial para referirnos a la vida de Bacon? El hecho de que independientemente de su carrera pública, dedicó todas sus energías a lo que él llamó la Instauratio Magna, la reforma de las ciencias mediante la creación de una nueva metodología distinta a la Aristotélica que hasta entonces había marcado las pautas de la ciencia medieval y, -en buena parte, - detenido su progreso. Bacon propendió pues una nueva manera de estudiar la naturaleza. Aun sin haber podido terminar nunca su proyecto de un tratado filosófico global para todo lo conocido, explica sus intenciones por primera vez en 1605 en su obra "Capacidad y progreso de la enseñanza divina y humana". Luego, en 1620, publicó su "Novum Organum sive indicia vera de interpretatione naturae".1 En 1622 se editó "Historia Ventorum", en 1623 "Historia Vitae e Mortis" y "De dignitate et argumentis Scientiarum".
1 La "enciclopedia" medieval era el "Organon", una recopilación de obras de Aristóteles. Bacon tituló a su libro "Novum Organum" para destacar la necesidad de un cambio de mentalidad.
En todas estas obras desarrolló sus ideas sobre una lógica inductiva gradual, progresiva y excluyente, utilizable para "interrogar" en forma experimental a la naturaleza y obtener axiomas que permitieran interpretar las observaciones. Rechazó el método deductivo de Aristóteles que aún en su época dominaba la enseñanza universitaria. En los centros de estudios los planes aún se regían por el "cuatrivium", -aritmética, música, geometría y astronomía,- a la que se agregaba la óptica. La enseñanza de medicina y física aún se hacía en gran parte por sistemas teóricos. Bacon criticó a los maestros de las escuelas, que según él solo brindaban palabras a sus alumnos. Sostuvo la necesidad de que en los centros de enseñanza se instalaran laboratorios y que las ciencias fueran preferidas a las lecciones de lógica y retórica.
Bacon no fue el único en propender a la reforma de los métodos científicos. Recordemos que Galileo desarrollaba mientras tanto su actividad en Italia y que en 1630, -cuatro años después de fallecer Bacon,- publicó su "Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo, tolemaico e copernicano" y que aún se mantenía viva la impresión que había causado Paracelso con la publicación en 1536 de su obra "Der Grossen Wundartzney". Pero el mérito de Bacon fue el de haberlo sabido expresar extensa y profundamente. El que lo haya hecho en Inglaterra, que desde mediados del siglo XVI había implantando el anglicanismo, liberó a Bacon de la inquisición católica y le permitió aprovecharse del relativo liberalismo de otros grupos influyentes de no anglicanos como los presbiterianos, puritanos y peregrinos. En definitiva, el medio para proponer reformas estaba maduro para aceptarlas. Filósofos y científicos del resto del siglo XVII (Robert Boyle, John Locke, Isaac Newton, Voltaire y Diderot) fueron expresivamente positivos para con la obra de Bacon.
Por si esto hubiera sido poco para que las futuras generaciones reconocieran su valor, Bacon terminó de escribir en 1626 la obra que más se menciona cuando de él se habla:
LA NUEVA ATLÁNTIDA
Se la considera uno de los ejemplos de obras utópicas, que junto con "La República" de Platón, "Utopía" de Moro y "La ciudad del sol" de Campanella, han abierto nuevas rutas al pensamiento de la humanidad y provocado directa o indirectamente revoluciones ideológicas que obligaron a la historia a acelerar etapas de desarrollo filosófico o político.
En el caso de Bacon, esta obra representa solamente un complemento de su extensa producción. En "La Nueva Atlántida" se plantea la fantasía de un país en el que sus pobladores, aislados del mundo, alcanzan la felicidad gracias la organización ideal que se ha creado, dirigida por una poliarquía elitista (sucesora de Salomana, nombre del primer rey que tomó su nombre en homenaje al rey Salomón). Están dedicados a un constante estudio para conocer las causas y los factores secretos de las cosas. Así han logrado controlar las fuerzas naturales para beneficio de la comunidad.
Los inventos que describe demuestran una visión extraordinaria para la época: la agricultura programada, la creación de nuevas especies animales, molinos, una máquina volante, submarinos, un micrófono, la luz "laser", armonías musicales de una "cuarta", etc. Habla también de la creación de tablas y estadísticas para una mejor comprensión de los fenómenos. Pero más que ello, los "atlántidos" han encontrado la panacea alquímica y el elixir de la larga vida "para curar ciertas enfermedades y prolongar la vida". No menos ideales son las normas morales: se combate la lujuria, la relación es monogámica, etc.
Debo confesar al lector que cuando encontré en Internet el texto de "La Nueva Atlántida" me puse a leerlo con una tremenda ilusión, que en la primera pasada me defraudó. El estudio de esta obra requiere un acondicionamiento previo: tratar de ubicarse a principios del siglo XVII y comprender la mentalidad imperante. Solamente así se puede captar la importancia de estas innovaciones que plantea Bacon y su efecto sobre los intelectuales de la época.
No debemos tomar la utopía de Bacon como una simple fantasía, sino como un rompimiento con el conservadorismo dogmático paralizante, una incitación a recorrer nuevos caminos en el progreso de la humanidad y un método racional para hacerlo.
Esa es la misión de la "Casa de Salomón" dentro de la "Atlántida" ese fue el embrión de la idea de crear la "Royal Society". En estas ideas se inspiraron los seguidores de Bacon que fundarían la Royal Society menos de cincuenta años después, como veremos en uno de los capítulos posteriores.
Con Bacon culminó en Inglaterra un proceso paneuropeo donde se mezclaron Humanismo, Cábala, Hermetismo, Astrología y Rosacrucianismo.2 Y sus ideas fueron las catalizadoras del pensamiento inglés en el siglo XVII, lanzándolo a la época moderna.
2 Una de las consecuencias de la Guerra Europea de los Treinta Años fue la destrucción del rosacrucianismo en el continente. Durante los años del conflicto (1618-1648), muchos influyentes integrantes de este movimiento llegaron a Inglaterra. Su influencia sobre la elite intelectual de la Isla es innegable.
Murió en 1626, mientras dedicaba sus esfuerzos a investigar el efecto del frío sobre la conservación de alimentos.
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